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XXVI Reunión de la Sociedad Castellano – Leonesa de Hepatología 27 – 28 mayo 2016 (Salamanca)

 

Deficiencia de ACOX2: un nuevo defecto genético que interrumpe el metabolismo peroxisomal de los ácidos biliares y predispone al daño hepatocelular

Oscar Briz1 3, Felipe Jiménez1 3, Marta Alonso1, María J. Monte1 3, Elisa Herráez1 3, Josep M. Argemi2 3, Jesús Prieto2 3, José J.G. Marín1 3

1Hepatología Experimental y Sectorización de Fármacos (HEVEFARM), Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), Universidad de Salamanca.

2Departamento de Medicina, Clínica Universidad de Navarra, Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), Universidad de Navarra.

3Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBERehd).

Antecedentes

Los defectos genéticos en la síntesis de ácidos biliares causan enfermedades raras caracterizadas por acumulación de especies moleculares de ácidos biliares minoritarios y/o de metabolitos intermediarios, algunos de ellos con capacidad hepatotóxica.

Objetivo

Investigar el caso de un varón adulto joven con hipertransaminasemia persistente de causa no identificada, cuyos síntomas y signos clínicos hacían sospechar una alteración en el metabolismo de los ácidos biliares.

Métodos y resultados

El análisis por HPLC-MS/MS del suero y la orina reveló la existencia de niveles extremadamente bajos de ácidos biliares normales en comparación con 5 sujetos sanos (suero: 0,06±0,01 μM vs. 4,68±0,61 μM; orina: 0,07±0,02 μM vs. 1,18±0,13 μM), junto a evidencias de la presencia, en forma tauro-conjugada, de un metabolito intermediario en la síntesis de ácido cólico, el ácido trihidroxicolestanoico (THCA), lo que se confirmó por determinación de “masa exacta” mediante HPLC-TOF. A partir del ADN del paciente se amplificaron y se secuenciaron los exones de las enzimas potencialmente responsables de la acumulación de este metabolito. Se encontró una mutación en homocigosis (c.673C>T, exón 6, gen ACOX2) que ocasiona un cambio de aminoácido (p.Arg225Trp) en la enzima peroxisomal ACOX2 implicada en el acortamiento de la cadena lateral del THCA. El estudio genético de la familia reveló que los padres son heterocigotos para esta mutación y su única hermana es homocigótica para la mutación y también presenta perfiles anormales de ácidos biliares en suero similares a los de su hermano y una historia de la elevación de transaminasas tras el tratamiento con fármacos anti-inflamatorios. Para estudiar las repercusiones funcionales se clonó la ORF silvestre de ACOX2 y se generó la variante mutada (mutACOX2) por mutagénesis dirigida. Utilizando vectores lentivirales se expresó ACOX2 y mutACOX2 de forma estable en células de hepatoblastoma humano HepG2. Los estudios de WB e IF mostraron que la mutación no afecta al tamaño de la proteína ni a su localización subcelular en el peroxisoma. En células incubadas con THCA, la sobre-expresión de ACOX2 potenciaba la producción de ácido cólico y otorgaba una marcada protección contra el estrés oxidativo y la reducción de la viabilidad celular inducidas por THCA. Por el contrario, la sobreexpresión de mutACOX2 no protegía a las células de los efectos tóxicos del THCA ni potenciaba su biotransformación en ácido cólico.

Conclusión

Este es el primer caso descrito de deficiencia en la actividad de la enzima peroxisomal ACOX2, en cuyo gen se ha identificado una mutación que en homocigosis produce una alteración funcional en la vía de síntesis de ácidos biliares con acumulación de metabolitos hepatotóxicos, lo que justifica la hipertransaminasemia en los pacientes afectados. La identificación de las bases moleculares de este trastorno constituye un paso esencial para la elección del mejor tratamiento de estos pacientes.

Evaluación en ciego del test lipidómico owliver para el diagnóstico de la enfermedad hepática grasa no alcohólica (NAFLD)

Miriam Pérez-Cormenzana1, Mayte Arias3, Ibon Martínez-Arranz1, Rocío Aller2, Javier Crespo3

1ONE WAY LIVER, S.L., Parque tecnológico de Bizkaia, Derio, España.

2Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Valladolid, España.

3Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Universidad de Cantabria. Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (IDIVAL), Santander, España.

Introducción

La enfermedad hepática grasa no alcohólica (NAFLD) es la hepatopatía crónica más frecuente en la mayoría de los países desarrollados. NAFLD comprende desde la esteatosis simple hasta la esteatohepatitis (NASH), pudiendo evolucionar a cirrosis y hepatocarcinoma.

La elevada prevalencia de la enfermedad, junto con los distintos inconvenientes y limitaciones de la biopsia hepática, hacen necesaria la búsqueda de métodos no invasivos para el diagnóstico de NAFLD y distinción entre sus estadios.

Objetivo

Validar en ciego el test OWLiver en una cohorte de pacientes biopsiados.

Método

El test OWLiver, desarrollado con el suero de una cohorte de 467 pacientes clasificados histológicamente como hígado normal (90), esteatosis (246) y NASH (131), permite discriminar entre hígado normal y NAFLD con AUROC = 0.90 [sensibilidad (se) = 0.98; especificidad (sp) = 0.78] y entre esteatosis y NASH con AUROC = 0.95 (se = 0.83; sp = 0.94). Se evaluó este test en ciego, en el suero de una cohorte de 105 individuos con biopsia hepática evaluada mediante NAS Score.

Resultados

Edad media 46,79 ± 11,82 años, índice de masa corporal 38,52 ± 10,54 Kg/m2. 99 de los 105 pacientes fueron correctamente diagnosticados (exactitud 94,3%, AUROC = 0,90), no diagnosticándose correctamente 4 pacientes NAFLD y 2 sanos.

De entre los individuos con NAFLD, 84,3% (AUROC = 0,84) fueron correctamente diagnosticados como esteatosis o NASH, no diagnosticándose correctamente 10 pacientes con NASH y 3 con esteatosis.

Conclusiones

El test OWLiver discrimina con elevada exactitud entre los distintos estadios de NAFLD, por lo que se presenta como una herramienta no invasiva útil para el diagnóstico y seguimiento de esta patología.

Eficacia del tratamiento libre de interferón en la práctica clínica real en pacientes con hepatitis crónica C con y sin cirrosis

Ester Badía1, Huáscar Ramos1, Pedro Linares2, María Isabel Martín3, Carolina Almohalla4, Francisco Jorquera2, Isidro García5, Mónica Vásquez6, Pilar Conde7, Begoña Álvarez2, Guillermo Karpman8, Visitación Gozalo1, Sara Lorenzo9, Judith Gómez1, Diana Joao2, Marina de Benito4, Lourdes Ruiz9, Felipe Jiménez3, Federico Sáez-Royuela10

1Hospital Universitario de Burgos, Burgos.

2Complejo Asistencial Universitario León, León.

3Hospital Universitario de Salamanca, Salamanca.

4Hispital Universitario Río Hortega, Valladolid.

5Complejo Asistencial de Palencia, Palencia.

6Hospital Santos Reyes, Aranda del Duero.

7Complejo Asistencial de Zamora, Zamora.

8Hospital El Bierzo, Ponferrada.

9Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Valladolid.

10Hospital Universitario de Burgos, Burgos. Asociación Castellano y Leonesa de Hepatología (ACYLHE).

Introducción

Actualmente, ya se están utilizando pautas de tratamiento de la hepatitis crónica C (HCC) con agentes antivirales directos (AAD) libres de interferón (IFN) de demostrada eficacia en los ensayos clínicos. Existen todavía pocos datos que demuestren su eficacia en la práctica clínica real, sobre todo en los pacientes más difíciles de curar, como los cirróticos.

Objetivo

Conocer si existen diferencias en la práctica clínica entre los pacientes con HCC con o sin cirrosis en cuanto a las pautas y la eficacia de los tratamientos con AAD libres de IFN.

Métodos

Estudio multicéntrico, descriptivo, observacional y prospectivo realizado en Castilla y León, en el que se incluyeron consecutivamente 410 pacientes tratados con AAD libres de IFN desde el 1/12/2014 hasta el 31/8/2015. Se excluyeron 9 casos al no disponer del dato de fibrosis. Las variables analizadas fueron: edad, sexo, IMC, genotipo, fibrosis basal, tratamiento previo, pautas y duración de tratamientos, uso de ribavirina (RBV), respuesta viral (RV) a las 4 semanas de inicio de tratamiento (RV4; n=376), RV sostenida en las semanas 4 (RVS4; n=301) y 12 (RVS12; n=189) tras finalizar el tratamiento. El estadio de la fibrosis (no F4/ F4) se determinó mediante elastografía de transición (372 pacientes, con valor de corte para F4 de 12,5 kPa), biopsia y/o ecografía (29 pacientes).

Resultados

Se analizaron los resultados preliminares de 401 pacientes, 153 (38,2%) sin y 248 (61,8%) con cirrosis. No había diferencias significativas entre ambos grupos en cuanto a la edad, sexo, IMC, o presencia de IL28B CC. Habían recibido tratamiento previo 76 (49,7%) de los no cirróticos y 166 (66,9%) de los cirróticos (p=0,0006). Las combinaciones de fármacos más utilizadas en los pacientes sin cirrosis frente a cirrosis fueron sofosbuvir (SOF) + ledipasvir: 28,8% frente a 16,5% (p=0,0036) y paritaprevir + ombitasvir + dasabuvir: 27,5% frente a 11,3% (p=0,0001). En los cirróticos predominó la asociación simeprevir (SMV) + SOF: 54,4% frente a 22,2% en no cirróticos (p=0,0001). El uso de RBV y la prolongación del tratamiento a 24 semanas fue más frecuente en los cirróticos frente a los no cirróticos: 48,8% frente a 33,3% (p=0,0024) y 14,1% frente a 3,9% (p=0,0011), respectivamente. No se encontraron diferencias significativas en los porcentajes de RV4 (no-cirrosis 76,2%, cirrosis 65,3%), ni RVS4 (no-cirrosis 98%, cirrosis 91%), ni RVS12 (no-cirrosis 98%, cirrosis 89,2%), aunque parece observarse una tendencia a una menor respuesta en los pacientes cirróticos, que deberá confirmarse cuando se complete el seguimiento.

Conclusiones

En esta cohorte de pacientes con HCC tratados con AAD libres de IFN, los pacientes con cirrosis han recibido con mayor frecuencia SMV + SOF, tratamientos de 24 semanas y asociación de RBV. Las tasas de RVS4 y RVS12, de alrededor del 90%, han sido menores que en los no cirróticos, aunque sin diferencias significativas con los datos disponibles hasta este momento.

Tratamientos antivirales de acción directa para el VHC: nueva era de eficacia y seguridad

Sara Romero Moreno, Marina de Benito Sanz, Marta Cimavilla Román, Cristina Pérez García, Carolina Almohalla, Félix García Pajares, Gloria Sánchez Antolín.

Hospital Universitario Rio Hortega. Valladolid.

Introducción

La Hepatitis C (VHC) es la causa más frecuente de cirrosis hepática en el mundo occidental. En el último año, la aparición de nuevos antivirales de acción directa (AAD) han mejorado la tasa de respuesta viral sostenida (RVS) y la seguridad del tratamiento.

Objetivo

Conocer la eficacia y la seguridad de los distintos tratamientos antivirales de acción directa en un grupo de pacientes tratados en un hospital terciario.

Material y Métodos

Estudio retrospectivo, descriptivo, se incluyen los primeros 98 pacientes tratados para VHC en nuestro Centro con AAD. Se recogió edad, sexo, AAD, duración, datos analíticos pretratamiento, final de tratamiento y a las doce semanas postratamiento, RVS, mortalidad y aparición de hepatocarcinoma a lo largo del tratamiento.

Resultados

98 pacientes con edad media 58,78 (SD 11,5). El 44,9% fueron tratados con SIMEPREVIR-SOFOSBUVIR, el 28,5% con VIEKIRAX-EXVIERA, EL 26,5% CON SOFOSBUVIR-LEDIPASVIR y el 1% con VIEKIRAX. El 5.3% de los pacientes eran F0-1, el 16.8% F2, el 21,1% F3 y el 53,7% F4. En el 9.6% de los pacientes se detectaron varices esofágicas. El 94% de los paciente fueron genotipo 1, (67.3% 1b), y el 5.1% genotipo 4. Hubo diferencias significativas entre los datos basales, al final del tratamiento y a las 12 semanas postratamiento en la Bilirrubina y transaminasas (p<0.001), pero no en la albúmina, INR ni creatinina. La hemoglobina fue significativamente menor al final de tratamiento pero no hubo diferencias entre la basal y a las 12 semanas. La RVS global fue de 97.6%. No hubo mortalidad ni se detectó aparición de hepatocarcinoma. Todos los pacientes fueron tratados 12 semanas. Existió fracaso de AAD en 2 pacientes naive, F2 y F4. 11 pacientes presentaron efectos adversos relacionados con el tratamiento, todos leves.

Conclusiones

La eficacia de los AAD para VHC es muy elevada. En nuestra serie la RVS fue del 97.6% con cualquier combinación. Se observaron diferencias significativas en los valores de bilirrubina, GOT y GPT basales, al final del tratamiento y a las 12 semanas postratamiento.

Déficit de lipasa ácida lisosomal ¿Un único caso en la comunidad de Castilla y León?

Cristina Pérez García1, Marta Cimavilla Román2, Raúl Torres Yuste2, Marina de Benito Sanz2, Javier Santos Fernández2, Irene Peñas Herrero2, Carolina Almohalla Álvarez2.

1Servicio de Medicina Interna. HURH. Valladolid.

2Servicio de Digestivo. HURH. Valladolid.

Introducción

La enfermedad por déficit de lipasa ácida lisosomal es una entidad sistémica rara, autosómica recesiva. Se caracteriza por acumulación de ésteres de colesterol y triglicéridos en el hígado, bazo, intestino, arterias y otros órganos, produciendo arterioesclerosis, esteatosis y evolución a cirrosis. La causa es el descenso o nula actividad de la lipasa ácida lisosomal, codificada por el gen LIPA. Según la actividad de dicho enzima varía la gravedad de las manifestaciones clínicas.

Métodos

A tenor de la remisión de un paciente diagnosticado de esta enfermedad en el Hospital de la Paz, por cambio de domicilio, se realiza una revisión de la literatura a este respecto y se recaban datos de este caso clínico.

Resultados

Se describe el caso clínico, iniciando el estudio genético del paciente y de sus familiares. Se propone un algoritmo diagnóstico de sospecha de esta entidad así como una revisión de las nuevas técnicas diagnósticas propuestas.

Conclusiones

La enfermedad por déficit de lipasa ácida lisosomal es una enfermedad rara (1/40000 a 1/300000). Si bien su forma más agresiva debuta en la infancia con una alta tasa de letalidad, existe una forma más larvada en adolescentes y adultos que suele pasar desapercibida, ya que se confunde fácilmente con otras entidades como la hipercolesterolemia familiar o el hígado graso no alcohólico, lo que provoca un infradiagnóstico de esta entidad. Debería ser sospechada en pacientes sin sobrepeso, con hepatomegalia y elevación de las enzimas de citolisis asociado a esteatosis y dislipemia con valores bajos de colesterol HDL. Actualmente existe un tratamiento sustitutivo, la sebelipasa alfa, una lipasa ácida lisosomal recombinante humana.

Con esta revisión, se pretende tener en cuenta el diagnóstico de esta enfermedad para poder mejorar su tratamiento y evitar complicaciones futuras.

Programa de acceso precoz a atención especializada para pacientes diagnosticados de Hepatitis C sin seguimiento

Javier Santos Fernández1, Ramón Sánchez Ocaña2, Soledad Sancudo3, García Pajares2, Carolina Almohalla Álvarez2, Marina de Benito Sanz2, Irene Penas Herrero2, María Antonia Vallecillo Sandi2, Marta Cimavilla Román2, Raúl Torres Yuste2, Araceli Tejedor4, Ana María Blanco Ledo5, Gloria Sánchez Antolín2

1Unidad de Hepatología. Hospital U. Rio Hortega.

2Unidad de Hepatología. Hospital Universitario Rio Hortega. Valladolid.

3Servicio de Admisión. Hospital Universitario Rio Hortega. Valladolid.

4Dirección de Enfermería. Hospital Universitario Rio Hortega. Valladolid.

5Dirección Médica. Hospital Universitario Rio Hortega. Valladolid.

Introducción

La infección por el virus de la hepatitis C es un problema sanitario de primer orden con una prevalencia entre 1,6 y 2,6% en nuestro medio. Sin embargo, se sabe que existe un grupo importante de pacientes que a pesar de haber sido diagnosticadas por serología de VHC positivo, por diferentes motivos, no están siendo controladas por médicos especialistas, sino que permanecen en atención primaria, sin acceso a control y tratamiento.

Objetivos

Detectar pacientes con serología positiva para el virus de la hepatitis C diagnosticados en Atención Primaria sin control en consulta de hepatología.

Material y Métodos

En el programa de gestión de pacientes de SACYL para Atención Primaria(MEDORA), obtuvimos los datos de filiación de pacientes diagnosticados de «Hepatitis C». Cruzamos dichos datos con la base de PCR positivas para VHC del laboratorio de virología de nuestro Hospital. Detectamos 218 pacientes antiVHC POSITIVO sin confirmación por PCR de VHC y por tanto no valorados en la Unidad de hepatología. Pusimos en marcha una consulta de acceso precoz para estos pacientes. En la consulta inicial se realizaba historia clínica, exploración y fibroscan, y en la misma visita, analítica con PCR, genotipo e IL-28b. A todos los pacientes se les realizo informe de la situación de su enfermedad, se inició tratamiento si indicado, y se realizó́ encuesta de satisfacción al finalizar el proceso. No acudieron a la consulta, o fueron no aptos por distintos motivos un total de 62 pacientes. Presentamos los resultados de los 156 pacientes que han finalizado el proceso.

Resultados

De los 156 pacientes con antiVHC positivo, 79(50.5%) presentaban VHC PCR NEGATIVA. De ellos, 43 eran pacientes tratados hace años con RVS (27.5%) y 36 (23.5%) con negativización espontanea de la PCR. En 77 pacientes (49.5%) la PCR fue positiva, y de ellos: 26 Genotipo 1a, 34 Genotipo1b, 1 Genotipo 1c, 3 Genotipo 2, 5 Genotipo 3, 5 Genotipo 4 y 3 genotipo no valorable. El Fibrosa medio de los pacientes PCR + fue 10.2+/-8.01 frente a 6.2+/-4.1 en aquellos con PCR negativa. Las diferencias entre ambos grupos alcanzaron la significación estadística (p<0.05). Los pacientes subsidiarios de tratamiento, con Fibrosis superior a F2 (Fibroscan >7,6) fueron el 26.4%(41 pacientes). La encuesta de satisfacción de los pacientes mostro que al 82,6% les sorprendió la iniciativa de la Unidad y la satisfacción global con la consulta fue de un 9,5 sobre 10.

Diagnóstico de carcinoma hepatocelular en nuestro centro (HCUV) en un período de 5 años (2010-2014)

Natalia Mora, Beatriz Antolín, Carla Tafur, Edel Berroa de la Rosa, Guillermo González Redondo, Sara Gómez de la Cuesta, José Manuel González Hernández.

Hospital Clínico Universitario de Valladolid. Valladolid.

Introducción

El carcinoma hepatocelular (CHC) está mostrando una incidencia creciente en los últimos años, y es la tercera causa de muerte por cáncer en el mundo. En relación con la detección temprana del mismo, el objetivo de nuestro trabajo es describir el diagnóstico del CHC en nuestro Centro a lo largo de 5 años.

Métodos

Estudio retrospectivo. Se revisó la historia de 72 pacientes cuya codificación diagnóstica fue de CHC entre el año 2010 y el año 2014 en nuestro Centro. 58 pacientes se incluyeron en el estudio. Se recogieron variables demográficas, clínicas, método diagnóstico, características del tumor, tratamiento y supervivencia.

Resultados

Entre enero de 2010 y diciembre de 2014 fueron diagnosticados un total de 58 pacientes con CHC. Las características principales fueron: varones el 70.7%, edad 68 años (41-89). Principales etiologías: enolismo 46.4%, VHC 38.6%, VHC + OH 12.1%, VHB 10.5%, CBP 3.4%. Clasificación Child al diagnóstico: A en el 57.9%, B en el 31.6% y C en el 10.5%. Diagnóstico de confirmación: por imagen en el 56.9% de los casos y en el resto, mediante biopsia hepática. El 55.2% de los pacientes presentaba 1 nódulo único al diagnóstico; el 8.6 %, 2 nódulos; el 6.9 %, 3 y 4 nódulos respectivamente; y el 22.4%, incontables nódulos. El 61.7% de los pacientes presentaba un ECOG performance status de 0, y el estadiaje del tumor de acuerdo con la clasificación BCLC fue: el 36.8%, estadío A; el 28.1%, B; el 8.8%, C; y el 26.3%, D. Principales tratamientos aplicados: 25.5% TACE; 36.4% paliativo; 18.2% RF; 10.9% cirugía; 5.5% evaluación para TOH; 3.6% sorafenib. El 75.4% de los pacientes fue diagnosticado fuera del programa de cribado del CHC. En el 71.4% de los pacientes diagnosticados dentro del programa de cribado, la etiología era VHC (p< 0.05). Los pacientes no incluidos en el programa de cribado fueron en su mayoría hombres (p<0.05), el tamaño del nódulo principal fue mayor (p<0.05) y tuvieron una supervivencia menor (p<0.05).

Conclusiones

En nuestro Centro, observamos que en los pacientes diagnosticados dentro del programa de cribado, la etiología era VHC en una proporción significativamente mayor que en otras etiologías.

En los pacientes diagnosticados fuera del programa de cribado, la etiología era alcohólica en una proporción significativamente mayor que en otras etiologías.

En los pacientes diagnosticados fuera del programa de cribado, el nódulo principal es de mayor tamaño, y la supervivencia es significativamente menor, como cabía esperar.

Estudio de la incidencia y factores predictores de disfunción renal crónica postrasplante hepático en Castilla y León

Marta Cimavilla Román, Raúl Torres Yuste, Javier Santos Fernández, Marina de Benito Sanz, Luz Andrea Loza Vargas, Rebeca Amo Alonso, Ana Yaiza Carbajo López, Ramón Sánchez Ocaña, Eva Muñoz Conejero, Carolina Almohalla, Irene Peñas, Gloria Sánchez Antolín.

Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario Río Hortega. Valladolid.

Introducción

La disfunción renal crónica (DRC) postrasplante hepático (posTOH) es una complicación que oscila entre el 25 y el 45% a los 10 años. Aunque el mejor control de los factores asociados parecen haber hecho disminuir la incidencia, no hay muchos estudios que lo demuestren.

Objetivo

Conocer la tasa de DRC y su factores asociados en un grupo de pacientes trasplantados hepáticos en los últimos 14 años.

Material y Métodos

Estudiamos retrospectivamente la evolución de 386 pacientes trasplantados desde noviembre 2001 hasta 31 diciembre de 2013. Estudiamos la Tasa de Filtrado Glomerular (TFG) con MDRD-4 pretrasplante (preTOH), el peor valor en el postoperatorio inmediato (POI), al tercer mes, al año, cinco y diez años posTOH. Consideramos DRC si TFG<60 mL/min/1,73m2. Además recogimos los niveles medios de inmunosupresión en los mismos periodos del estudio.

Resultados

Hubo un 78% de varones, la edad media fue 54,2±9,3. La etiología más frecuente fue alcohólica(41,4%) seguida del VHC (29,1%). Los niveles medios de Tacrolimus (TAC) y Ciclosporina (CyA) en el primer mes fueron 9,6±3,6 ng/mL y de 142,6±71,3 ng/mL y a los 10 años 4,5±1,7 ng/mL y 60,8±35,5 ng/mL respectivamente. La tasa de DRC posTOH fue 22,8% a los 5 y del 18,1% a los 10 años posTOH. En el análisis bivariante la edad y el sexo femenino y la TFG<60 mL/min/1,73 m2 preTOH, en el POI, al 3er mes y a 1 año posTOH, se asociaron al desarrollo de DRC a los 5 y 10 años. Cuando TFG<30 preTOH, POI, al tercer mes y al año postrasplante, el riesgo de DRC a los 5 años fue mayor que con disfunción renal más leve. El análisis multivariante mostró que la TFG<60 en el POI y al año posTOH, tenían un riesgo de DRC de 4,6 y 4,9 a los cinco y de 3,5 y 4,5 a los diez años respectivamente. La presencia de TFG<60 preTOH, se asoció a mayor mortalidad. Los niveles de TAC>10 ng/mL al mes y de CyA>150 ng/mL al 6º mes posTOH fueron factores asociados al desarrollo de DRC a los 5 años.

Conclusiones

La tasa de DRC a cinco y diez años en nuestra serie es menor que las publicadas en nuestro entorno. La edad, el sexo femenino, la presencia de disfunción renal preTOH, en el postoperatorio inmediato, al tercer mes y al año postrasplante son factores de riesgo de DRC. La presencia de disfunción renal pretrasplante se asocia a mayor mortalidad. Los niveles de TAC >10 en el primer mes posTOH o de CyA>150 al 6º mes se asocia a mayor tasa de DRC.

Eficacia y seguridad del tratamiento libre de interferón en pacientes con Hepatitis crónica C Mayores de 65 años

Rut Pereda García, Gadea Hontoria Bautista, Belén Bernad Cabredo, Ester Badía Aranda, Huscar Alexis Ramos, Cristina Fernández Marcos, Judith Gómez Camarero, Manolo Jimenez Moreno, Federico Saiz Royuela.

Hospital Universitario Río Hortega. Valladolid.

Introducción

Las terapias de la hepatitis crónica C (HCC) con antivirales directos (AAD), libres de interferón, presentan mayor eficacia con menor tasa de efectos adversos (EA). Ello posibilita el tratamiento de pacientes de edad avanzada, con baja tolerancia y pocas posibilidades de repuesta con la terapia tradicional y de los que existen escasos estudios con AAD.

Objetivo

Evaluar la eficacia y la seguridad, de los AAD, en pacientes de edad avanzada con HCC.

Método

Análisis prospectivo de los pacientes diagnosticados de HCC >65 años, tratados mediante AAD en el Hospital Universitario de Burgos.

Resultados

Analizamos los datos de 25 pacientes; media de edad 72 años (65-82), 13 >70 años (52%), 17 mujeres (68%). Mayoría genotipo 1 (96%, [13% subtipo 1a, 84% 1b]. Solo 5 (20%) habían recibido tratamiento previo. Hasta el 69% de los pacientes presentaba alguna comorbilidad asociada; HTA (64%), DM (36%) y 28% neoplasia previa. Medicación concomitante más utilizada: diuréticos 40% (tiazidas 80%, espironolactona 20%), e IBP 10%. Otros fármacos: IECA y betabloqueantes (12%). Entre los pacientes diabéticos: ADO (44%), Insulina (44%) y terapia combinada (11%).

14 pacientes (56 %) presentaban fibrosis F4, con un valor medio de 15,7 kPa (3-43), 12 en estadio A de child y 2 estadio B. 3 de los pacientes cirróticos (27%) tenían varices esofágicas, 6 (43%) hipoalbuminemia, 6 (43%), plaquetopenia <100.000.

Las combinaciones de AAD más empleadas fueron: 3D (32%), SOF/SMV (28%), SOF/LDV (28%), SMV/ DCV (2%) y SOF/DCV (4%). Además, 36% de los pacientes recibió RBV. Todos recibieron tratamiento 12 semanas. 23 pacientes (92%) alcanzaron RVS12, 12 de los cirróticos (86%) y 11 de >70 años (85%).

3 de los 25 pacientes, todos cirróticos, presentaron algún EA grave; en 1 se suspendió el tratamiento. No se produjo ningún fallecimiento.

Conclusión

Los pacientes de edad avanzada con HCC tiene frecuentemente comorbilidades y están polimedicados. A pesar de ello, la eficacia de los AAD es elevada (>90%) y comparable a la de los pacientes de menor edad. Los EA son frecuentes, pero solamente graves y obligan a suspender el tratamiento en los cirróticos.

Estudio de prevalencia de serología anti virus de la Hepatitis C en la población de Valladolid área Oeste

Torres Yuste R1, Calvo Anton B2, Almohalla Álvarez C1, Ramos C3; Amo Alonso R1; Loza Vargas A1, Cimavilla Román M1, De Benito Sanz M1, Santos Fernández J1, Carbajo López A1, Sánchez Antolín G1

1Servicio Aparato Digestivo. Hospital Universitario Rio Hortega, Valladolid.

2Servicio Análisis Clínico. Hospital Universitario Rio Hortega, Valladolid.

3Servicio Microbiología. Hospital Universitario Rio Hortega, Valladolid.

Introducción

La OMS estima que a nivel mundial el 2.8% de la población está infectada por VHC. En Europa constituyen un total de 14 millones de personas y muchos de ellos no son conocidos. En España el porcentaje de infectados oscila entre el 1.6 y el 2.6% de la población.

Objetivos

Conocer la prevalencia de marcadores serológicos positivos de VHC en el área de Valladolid oeste y detectar los rangos de edad de mayor prevalencia de cara a valorar el coste-beneficio de realizar screening poblacional.

Material y Métodos

El estudio se realizó en 2000 pacientes consecutivos que acudieron al servicio de urgencias de nuestro Centro que precisaron extracción analítica. Se realizó estudio de serología VHC mediante Inmunoanalisis Quimioluminiscente de Microparticulas Anti-HCV (CMiA) en un analizador Architect de Abbott. Posteriormente se realizó test de confirmación mediante HCV quantitative test COBAS® TaqMan® versión 2.0 de Roche.

Resultados

De los 2000 pacientes el 47,25% fueron varones. La edad media fue 59.58 +/-21.66 años y el rango intercuartílico de 36 años. Se detectó antiVHC positivo en 46 pacientes, es decir, la prevalencia fue del 2.3%. En el grupo de pacientes seropositivos, la proporción de varones fue 54.34%, mayor a la del total y la media de edad 64.80 años +/-18.10, también superior a la de la población atendida en el servicio de urgencias. La mayor parte de los pacientes estuvieron entre 41 y 70 años (25 pacientes) (Figura 1). Al comparar la distribución por grupos de edad entre la población global y la seropositiva, vemos que se acumularon la mayoría de los casos entre 41 y 70 años. Estamos pendientes de la confirmación por PCR de los pacientes positivos.

Conclusiones

La prevalencia de anticuerpos contra el VHC en nuestra área es del 2.3%, superior a algunas áreas de España. La mayor parte de los pacientes se concentran entre 41 y 70 años.

Tratamiento con Sofosbuvir en pacientes con el filtrado

M Jiménez1, L Moteserín1, N Reyes1, G Molina1, D Viso1, L Rodríguez1, L Vaquero1, E. Gutiérrez2, E. García-Morán3, B Álvarez-Cuenllas1, P Linares1, F Jorquera1

1Servicio Aparato Digestivo. Hospital Universitario Rio Hortega, Valladolid.

2Servicio de Farmacia. Hospital Universitario Rio Hortega, Valladolid.

3Servicio Análisis Clínicos. Hospital Universitario Rio Hortega, Valladolid.

Introducción

El sofosbuvir (SFV) es un fármaco clave en el tratamiento de la infección crónica del VHC pero no se conocen muchos datos sobre la seguridad de este fármaco en individuos con enfermedad renal crónica (ERC) grado 3, es decir, con FGR entre 30 y 60 ml/min/m2.

Objetivos

Describir las características de los pacientes con FGR entre 60 y 30 ml/min/m2 que recibieron tratamiento con SFV, analizando la evolución del FGR durante y después del tratamiento.

Método

Se investigaron los pacientes que recibieron tratamiento antiviral basado en SFV y de ellos se identificaron aquellos que presentaban FGR basal entre 60 y 30 ml/min/m2. Se recogieron variables demográficas (sexo y edad), analíticas (urea, creatinina, FGR y carga viral) basales, en la semana 4 del tratamiento, al final del tratamiento y 12 y 24 semanas después de acabar el mismo; genotipo; pauta de tratamiento; tratamientos previos; fibroscan basal y comorbilidades.

Resultados

Se obtuvieron 7 pacientes (5 mujeres, 2 hombres) con un FGR de entre 60 y 30 ml/min/m2 de un total de 159 pacientes tratados con esquemas de AAD basados en SFV. Los genotipos fueron 1a en un paciente y 1b en los seis restantes. El 28,6% eran cirróticos (fibroscan >14 kPa) y la mayoría era naive (6 pacientes). 5 recibieron tratamiento con sofobuvir y ledipasvir y 2 sofosbuvir y simeprevir. Todos los pacientes con carga viral disponible en las semanas 12 y 24 habían alcanzado la RVS. Los pacientes presentaron de media una edad de 71,3 años (±8,6), fibroscan de 13,3 (±5,4), creatinina basal de 1,19 (±0,28), creatinina final de 1,30 (±0,44), FGR basal de 50,4 (±8,2) y FGR final de 45,9 (±11,0). La diferencia entre el FGR basal y al final del tratamiento mostró significación estadística (p<0,05), mientras que no ocurrió entre el FGR basal y a las 24 semanas del tratamiento (p=1).

Conclusiones

Aunque existen muy pocos pacientes con FGR entre 60 y 30 ml/min/m2 que recibieron AAD basados en SFV, debemos usar este fármaco con precaución en pacientes con ERC grado 3 y monitorizar de forma estrecha la función renal durante el tratamiento y al final del mismo.

Impacto de la polimedicación en el tratamiento antiviral VHC en la era de los antivirales acción directa

João Matías, D1, Linares, P1, Gutiérrez, E2, Jiménez, M1, Vaquero, L1, López-Cuesta, D1, Fernández, N1, Monteserín, L1, Reyes, N1, Molina, G1, Jorquera, F1

1Servicio de Aparato Digestivo de Complejo Asistencial Universitario de León

2Servicio de Farmacia de Complejo Asistencial Universitario de León

Introducción

Las comorbilidades de pacientes VHC hacen que la polimedicación adquiera gran importancia por la posibilidad de interacciones. La recogida exhaustiva de fármacos y productos de herbolario es una estrategia obligada para planificar el tratamiento antiviral. Vigilar interacciones es indispensable para evitar efectos adversos o pérdida de eficacia.

Objetivo

Analizar variables demográficas y polimedicación en población VHC tratada con antivirales de acción directa (AAD) en Hospital de León. Conocer el impacto de la polimedicación en respuesta al tratamiento.

Métodos

Se analizaron los pacientes con AAD desde Enero hasta Noviembre 2015. Se evaluaron variables epidemiológicas, fibroscan, tratamiento antiviral, co-medicación, cambios en tratamiento y efectos adversos. Se han utilizado la web de la Universidad Liverpool, la guía clínica EASL y la oficina de farmacia como ayudas para valorar interacciones. Se eligió una u otra pauta terapéutica en función de potenciales interacciones.

Resultados

En este período, hay 202 pacientes tratados. La edad media 55,8+ 12,61 años, 61,4% varones. El fibroscan medio es de 16,04 kPa, son F4 48%, 17,3% F3 y 25,2% F2. El genotipo más prevalente es el 1b,59%, seguido del 1a (29,2%), 3(8,4%) y 4 (9,9%). 60,9% ha recibido terapia antiviral previa. Se ha utilizado sofosbuvir + ledispavir en 39,6% (20,3% con ribavirina), la combinación ombitasvir/paritaprevir/ritonavir+dasabuvir en 29,7% (con ribavirina, 13,4% y sin dasabuvir, 3,5%); sofosbuvir + simeprevir 15,8%, sofosbuvir+daclatasvir 12,9%, sofosbuvir + ribavirina en restante 2%. Respecto a tratamientos concomitantes, los grupos farmacológicos más frecuentes son IBP (27,2%) e IECA’s/ARAII (17,8%), seguidos de antidepresivos (12,4%), antiagregantes/ anticoagulantes (11,4%), antidiabéticos orales (10,9%), B-bloqueantes (8,9%), calcioantagonistas (7,4%), inmunosupresores (5%), hipolipemiantes (5%) y antipsicóticos (4%). El promedio de medicamentos utilizados por cada paciente es de 2,44 fármacos. 50,5% tomaba 3 o más fármacos, 19% de ellos más de 5, habiendo pacientes hasta con 11 fármacos. En 7,9% se cambió o se suspendió la comedicación. La ribavirina se suspendió en 2,5% casos por anemia. No se han encontrado diferencias estadísticamente significativas entre la necesidad de hacer cambios y el tipo de tratamiento antiviral (p=0,81). Los efectos secundarios más frecuentes son astenia en 17,3% de los casos; cefalea 6,9%; prurito 4%; aumento transaminasas 2% y depresión 1,5%. Sin embargo, en sólo 2 ocasiones se ha tenido que suspender el tratamiento por efectos adversos, un caso de depresión con ideas de suicidio y otro por infecciones respiratorias de repetición.

Conclusiones

El grado de polifarmacia es elevado en un porcentaje significativo de nuestros pacientes. Los pacientes polimedicados deben someterse a control estricto, vigilando posibles interacciones y efectos adversos. Establecer una estrategia terapéutica en función de las potenciales interacciones, hace que el tratamiento antiviral sea seguro y bien tolerado.

Inmunosupresión en el trasplante hepático: descripción de las pautas actuales y repercusiones en la evolución postrasplante

Carolina Navas Aller, Eva Muñoz Conejero, Ramón Sánchez-Ocaña, Irene Peñas Herrero, Marta Cimavilla Román, Raúl Torres Yuste, Félix García Pajares, Carolina Almohalla, Gloria Sánchez Antolín.

Hospital Universitario Rio Hortega. Valladolid.

Introducción

El rechazo fue un factor limitante para el éxito del trasplante hepático hasta el descubrimientode Ciclosporina en el año 1980. Desde entonces la aparición de nuevos fármacos han mejorado progresivamente la supervivencia del trasplante.

Objetivo

Describir la tasa de rechazo agudo en trasplantados hepáticos y la tasa de complicaciones precoces postrasplante.

Material y Métodos

Estudio retrospectivo observacional, incluyendo pacientes sometidos a un primer trasplante hepático de donante cadáver en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid desde Septiembre 2011 hasta Diciembre 2013.

Resultados

Se identificaron 104 pacientes, se excluyeron 9 por retrasplante. Se incluyeron 95 pacientes: 82,1% varones. La edad media fue 58,8 años (SD 9,6). La etiología fue enólica (48,4%), VHC (11,6%), VHB (3,3%), VHC y enolismo (18,9%), VHB y enolismo (1%) y otras causas (16,8%). Dentro de las indicaciones un 45,3% fue por hepatocarcinoma, 3,1% Child B, 35,8% Child B-C y 7,4% Child C. La tasa de rechazo agudo según sospecha clínica y analítica, fue de 11,6 % (11/95 pacientes) y la tasa de rechazo agudo biopsiado de 4,2% (4/95). Con el diagnóstico de rechazo se observó una elevación en los valores de transaminasas y Bilirrubina total, existiendo diferencias significativas con la media del grupo (p ≤ 0.05). El tratamiento del rechazo produjo una mejoría en las alteraciones analíticas. Respecto a las complicaciones durante el ingreso, un 70,7 % desarrollaron insuficiencia renal, un 35,2 % presentó HTA, un 42,8 % diabetes mellitus, un 41,3 % presentó infecciones ya sea clínicamente o mediante detección por cultivos de vigilancia, un 38,5 % complicaciones neurológicas y un 67,4% complicaciones respiratorias.

Conclusiones

La disfunción renal postrasplante fue la complicación más frecuente, seguida de la diabetes postrasplante y de las infecciones. El rechazo agudo fue una complicación poco frecuente. El tratamiento del rechazo produjo una mejoría en las alteraciones analíticas.

Análisis de mortalidad y sus causa de una serie de pacientes trasplantados hepáticos

Loza Vargas A., Amo Alonso R.; Benito Sanz M., Santos Fernández J., Asensio E., Pérez Saborido B., Barrera Rebollo A., Almohalla Álvarez C., García Pajares F., Sánchez Antolín G.

Hospital Universitario Rio Hortega.Valladolid.

Introducción

El trasplante hepático es desde hace más de 20 años una terapéutica eficaz para las enfermedades terminales hepáticas. Si bien las supervivencias publicadas han mejorado en las últimas décadas, el análisis de las causas de mortalidad puede ayudar a identificar los factores asociados y mejorar su control.

Objetivo

Analizar la curva de supervivencia del grupo de pacientes trasplantados en nuestro Centro desde su apertura (2001) hasta 2014. Valorar si la edad de los pacientes trasplantados influye en la supervivencia. Estudiar las causas de mortalidad de nuestra serie.

Material y métodos

Se incluyeron en el estudio 463 pacientes trasplantados desde 2001 hasta 2014. Retrospectivamente se estudiaron edad, etiología de la cirrosis, la causa de muerte registrada en la base de datos. El análisis de supervivencia al mes, a uno, tres y 5 años se realizó con el método de Kaplan Meier.

Resultados

La tasa de supervivencia acumulada de la serie fue de 79%, 70 y 64% al primer tercer y quinto año, sin diferencias estadísticamente significativas con la serie de española del Registro Español de Trasplante Hepático (RETH). Se objetivo una tendencia a mayor mortalidad de los pacientes mayores de 65 años frente a los menores (media 83,48 meses, respecto a 115), sin diferencias estadísticamente significativas. El alcohol sigue siendo la etiología más frecuente como indicación de trasplante (41.5%) en nuestra serie seguida del virus de la hepatitis C (28.7%). Hubo diferencias estadísticamente significativas en mortalidad de los pacientes trasplantados por IHAG, retrasplante, HIV y Hepatocarcinoma respecto al resto de indicaciones. La media de supervivencia global fue de 101.8 meses, la del grupo de etiología enólica 101,846 y la del grupo VHC positivo 104,4 meses, sin diferencias estadísticas respecto a la supervivencia entre los tres grupos a diferencia de lo publicado previamente por otros grupos. Creemos que este resultado se debe a una alta tasa de tratamiento de la hepatitis C en fases precoces en nuestro grupo, se estima mejoras en la supervivencia tras la aprobación de los antivirales de acción directa de segunda generación.

Conclusiones

La supervivencia de nuestra serie de pacientes es comparable a la media española publicada en el RETH. La mortalidad asociada al hepatocarcinoma, retrasplante, y HIV, fue superior respecto a la media de la serie. Los pacientes mayores de 65 años no presentaron diferencias significativas en tasas de mortalidad respecto a pacientes menores de 65. La principal causa de mortalidad, en nuestra experiencia es la recidiva de la enfermedad de base. En nuestra serie no existen diferencias en mortalidad de los pacientes trasplantados por el virus de la hepatitis C respecto a los No Virus C.

Prevención de la Hepatitis A y B en pacientes inmunodeprimidos

José Luis Mendoza García1, Mar Jiménez Rodríguez1, Ana Haro Pérez1, Fco. Javier Rubio Gil1, Felipe Jiménez Vicente2, Paz Rodríguez Pérez1

1Servicio de Medicina Preventiva. Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.

2Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.

Introducción

La hepatitis A (VHA) y B (VHB) son infecciones prevenibles mediante vacunación. En los pacientes que están siendo tratados con terapia inmunosupresora se debe realizar un cribado para conocer su situación inmunológica frente a estos virus mediante la determinación de una serología. Es necesario conocer la tasa de respuesta a la vacunación en nuestros pacientes ya que la eficacia de la vacuna frente a VHB suele ser menor en estos grupos de riesgo.

Método

Se incluyeron a los pacientes con Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) y Hepatopatía crónica, tratados con terapia inmunosupresora, que fueron remitidos a la consulta del Servicio de Medicina Preventiva del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca entre los años 2012 y 2015. Los marcadores serológicos de VHA y VHB fueron evaluados, y la vacuna se administró a los pacientes con serología negativa, a los 0,1 y 6 meses en hepatitis B y 0-6 en Hepatitis A. La respuesta inmune positiva a la vacunación frente a VHB se definió como la aparición de valores protectores de anticuerpos (Ac-HBs de ≥10 mUI/ml) e IgG VHA positiva.

Resultados

Se incluyeron 223 pacientes, de los cuales el 64,1% (n=143) precisó vacunación frente al VHB y el 32% (n=46) frente a VHA. Los pacientes incluidos en el programa de vacunación tenían una edad media de 47 ± 13 años, y el 52% era del sexo femenino. La tasa de respuesta a la vacunación frente a VHB fue de 88,1% y del 98% frente a VHA. De los 17 pacientes (11,9%) que no alcanzaron valores protectores de anticuerpos frente a VHB, el 71% fueron mayores de 40 años.

Conclusiones

Resulta imprescindible evaluar la presencia de marcadores de infección del VHA y VHB en todos los pacientes con terapia inmunosupresora y en aquéllos con serología negativa, es importante iniciar la vacunación cuanto antes para conseguir así una respuesta protectora.

Resistencias a nuevos tratamientos antivirales en Hepatitis por VHC

Marina de Benito Sanz, Javier Santos Fernández, Marta Cimavilla Román, Raúl Torres Yuste, Carolina Almohalla Álvarez, Gloria Sánchez Antolín.

Servicio de Digestivo. HURH. Valladolid.

Introducción

Los nuevos tratamientos contra el VHC están produciendo unos resultados excelentes con gran tasa de curaciones. Estos fármacos suelen ser bien tolerados en la mayoría de los pacientes produciendo escasos efectos secundarios, habitualmente leves como astenia, insomnio, dispepsia, etc.

Sin embargo, existe cierto número de pacientes en los que no se logra negativizar la carga viral o bien ésta vuelve a hacerse positiva tras finalizar el tratamiento. También existen casos en los que los tratamientos deben interrumpirse precozmente por efectos secundarios graves o debido a otros eventos adversos. El objetivo de nuestro trabajo fue conocer la tasa de resistencia al tratamiento con los nuevos AAD en nuestro centro.

Material y Métodos

Incluimos en el estudio a 273 pacientes tratados con AAD desde 2014 hasta 2016, seleccionamos a todos los pacientes en los que a la semana 12 postratamiento presentaban PCR positiva y a aquellos que a lo largo del tratamiento la positivizaron. Se analizan dentro de cada tipo de tratamiento el número de fracasos. Recabamos datos clínicos de los pacientes como comorbilidades, medicación concomitante, causa del fracaso y complicaciones; así como datos analíticos pre y post tratamiento. Finalmente, se analizan las opciones de retratamiento y la nueva respuesta en cada caso.

Resultados

del tratamiento la positivizaron. Se analizan dentro de cada tipo de tratamiento el número de fracasos. Recabamos datos clínicos de los pacientes como comorbilidades, medicación concomitante, causa del fracaso y complicaciones; así como datos analíticos pre y post tratamiento. Finalmente, se analizan las opciones de retratamiento y la nueva respuesta en cada caso.

Como causas no virológicas de interrupción precoz del tratamiento (4 pacientes) destacan 2 éxitus por múltiples complicaciones además de la causa hepática y 2 casos de interrupción por efectos secundarios graves.

Con esta revisión se pretenden tener en cuenta las posibles resistencias y reacciones adversas a estos fármacos y plantear retratamientos ante estos casos.

Conclusiones

Las resistencias a los nuevos antivirales son escasas (5.12%), produciéndose la mayoría de ellas en pacientes con comorbilidades como trasplantados (8 de 14), insuficiencia renal (4 de los 14) o enfermedades autoinmunes (3 de los 14). En un 90% de los fracasos virológicos son repuntes de carga viral tras negativizarse durante el tratamiento. En la mayoría de estos pacientes se producen buenas respuestas posteriormente con otras opciones de tratamiento.

Eficacia en vida real del tratamiento de la Hepatitis C con los nuevos antivirales de acción directa

Jiménez Jurado A, Jiménez Vicente F, Martín Arribas MI, González San Martín F, Martínez Moreno J, Calabuig Mazzola VK, Marcos Prieto HM, Rodríguez Pérez A.

Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. Instituto de Investigación Biosanitaria de Salamanca (IBSAL).

Introducción

La infección por el virus de la hepatitis C (VHC) es una de las principales causas de hepatopatía crónica. Con los nuevos antivirales de acción directa (AAD) se alcanzan en los estudios de registro tasas de respuesta viral sostenida (RVS) mayores del 90%, sin usar interferón (INF), minimizando los efectos adversos (EA). Actualmente existen pocos estudios que valoren la eficacia de estos tratamientos en vida real.

Objetivo

Analizar la eficacia en vida real del tratamiento con los nuevos AAD en pacientes con hepatitis crónica C (HCC).

Métodos

Se realizó un estudio retrospectivo de 114 pacientes tratados con los nuevos AAD desde el 19 de diciembre de 2014 hasta el 28 de Octubre de 2015 en la Unidad de Hepatología del Hospital Universitario de Salamanca.

Resultados

se incluyeron 74 varones (64,9%) y 40 mujeres (35,1%) con edad media de 56 ± 9 años. Habían recibido tratamientos previos 73 (64%), 66 (90,4%) con INF pegilado y Ribavirina (RBV) y 7 (9,6%) con triple terapia. Distribución por genotipos (G): G1a (22,8%), G1b (53,5%), G2 (4,4%), G3 (9,6%) y G4 (9,6%). Distribución por grado de fibrosis: F0-F1 (12,3%), F2 (17,5%), F3 (15,8%) y F4 (54,4%). Los tratamientos utilizados fueron: ombitasvir/paritaprevir/ritonavir (PTV/r) + dasabuvir ± RBV (31,6%); PTV/r + RBV (2,6%); sofosbuvir (SOF) + ledipasvir ± RBV (20,2%); SOF + RBV (5,2%); SOF + simeprevir ± RBV (24,6%); SOF + daclatasvir ± RBV (15,8%). Recibieron RBV el 49,1% de los pacientes.

La duración del tratamiento fue de 12 semanas en 88 pacientes (77,19%), 24 semanas en 22 pacientes (19,3%), 8 semanas en 3 pacientes (2,6%) y 16 semanas en 1 paciente (0,9%).

Presentaron RVS 113 pacientes (99,12%). En G1 la RVS fue del 98,98% y en G2, G3 y G4 del 100%. Los EA fueron leves en la mayoría de los casos, y sólo 1 paciente abandonó el tratamiento a las 12 semanas (programado para 24) por una vasculitis leucocitoclástica (aunque presentó RVS).

Conclusiones

El tratamiento de la hepatitis crónica C con las diferentes combinaciones de AAD en vida real fue muy eficaz y bien tolerado, con RVS en todos los pacientes en G2, G3 y G4 y entorno al 99% en G1.

Síndrome metabólico postrasplante hepático en Castilla y León

Félix García-Pajares, Javier Santos Fernández, Marina de Benito Sanz, Raúl Torres Yuste, Marta Cimavilla Román, Ana Carbajo López, Irene Peñas Herrero, Ramón Sánchez-Ocaña, Manuel González Sagrado, Gloria Sánchez-Antolín.

Hospital Universitario Río Hortega. Valladolid.

Introducción

El Síndrome Metabólico postrasplante hepático (SMPT) es excepcional en el paciente cirrótico, pero es una importante causa de morbimortalidad a medio y largo plazo postrasplante.

Objetivos

1) Estudiar la frecuencia, evolución y repercusión del SMPT en la supervivencia de los pacientes trasplantados hepáticos.

2) Evaluar los factores de riesgo más importantes en la aparición del SMPT.

3) Evaluar la contribución de los diversos componentes del SM (tanto pretrasplante como postrasplante hepático) en la evolución y supervivencia de los pacientes trasplantados en nuestro centro.

Material y métodos

Diseño del estudio: Observacional, descriptivo, longitudinal, retrospectivo y de incidencia.

Población: Se realizaron 415 trasplantes en 386 pacientes. Se analizaron 204 pacientes con seguimiento mínimo de 5 años.

Se incluyeron todos los pacientes que fueron sometidos a un primer trasplante y que tuvieron un seguimiento mínimo de 1 año.

Se excluyeron aquellos con retrasplante, con trasplante de otro órgano y/o con seguimiento inferior a un año.

Resultados

La edad media fue de 54,2±9,3, mediana 55, rango 20-69. Hubo 301 varones (78%) y 85 mujeres (22%). Las etiologías fueron las siguientes: 40% alcohólica, 30% VHC, 6% VHB, 5% CBP, 6% Re-TOH y 13% Miscelánea. La indicaciones fueron: CHILD B-C 52%, CHC 33%, Insuficiencia hepática aguda 5%, Miscelánea 10%.La presencia de síndrome metabólico fue de 10% al trasplante; 30% al año del trasplante y de 38% a los 5 años.

La existencia de Síndrome metabólico no incide en la mortalidad de los pacientes con una supervivencia del 70% a los 5 años frente al 80% de supervivencia de los que no lo presentan (p=0.667). En el análisis de regresión logística las variables relacionadas con el SM a los 5 años fueron: obesidad pretrasplante y al año postrasplante, diabetes pretrasplante y al año postrasplante, HTA al año postrasplante e hipertrigliceridemia al año postrasplante. En base a estas variables elaboramos un modelo con significación estadística (p<0,001) y con porcentaje de explicación del 78,4% de tener SM a los 5 años.

Conclusiones

En nuestro centro la incidencia de SM a los 5 años postrasplante es ligeramente inferior a lo publicado. Los factores de riesgo más relacionados son la obesidad y la diabetes, tanto pretrasplante como al primer año postrasplante. Dado que es una causa de morbi y mortalidad a largo plazo y está en aumento, constituye un reto terapéutico en las Unidades de Trasplante Hepático para la mejora de los resultados de supervivencia.

Supervivencia tras el trasplante hepático en HURH

Ana Yaiza Carbajo López, Marta Cimavilla Román, Raúl Torres Yuste, Marina De Benito Sanz, Javier Santos Fernández, Rebeca Amo Alonso, Andrea Loza Vargas, Eva Conejero Muñoz, Félix García Pajares, Ramón Sánchez Ocaña, Gloria Sánchez Antolín.

Hospital Universitario Río Hortega. Valladolid.

Introducción

El trasplante hepático es actualmente el tratamiento de elección en las hepatopatías agudas o crónicas cuando se agoten otras alternativas terapéuticas y la esperanza de vida estimada al año sea inferior a la que se prevea con el trasplante. Según datos del RETH la supervivencia tras el trasplante está en torno a 85% al año, y casi el 60% a los 10 años.

Objetivo

Evaluar la supervivencia en nuestro hospital y comparar los resultados con las series publicadas. Analizar las principales causas de mortalidad. Conocer si existen diferencias en cuanto a supervivencia en función del sexo, edad, etiología o indicación del trasplante.

Material y métodos

Estudio retrospectivo. Se incluyeron 359 pacientes a los que se les realizó un TOH en el HURH entre el 20/10/2001 y el 31/12/2013. Se excluyó a los pacientes con seguimiento postrasplante inferior al año, y a los retrasplantes.

Resultados

Las indicaciones del trasplante fueron: cirrosis descompensada (51,8%), hepatocarcinoma (33,9%), fallo hepático fulminante (5,5%), otras indicaciones (8,7%). La supervivencia de nuestra serie: 84% al año, 68% a los 5 años y 51% a los 10 años. La supervivencia media fue de 58,2 ± 44,8 meses, con un rango entre 0 y 164,7 meses. Las causas de mortalidad son: hepática(37,1%), recidiva tumoral (18,9%), neoplasias de novo (15,2%), infecciones (8,3%), causas cardiovasculares (4,5%) y miscelánea (15,9%). No se observaron diferencias estadísticamente significativas al analizar la mortalidad por grupos de edad, sexo ni etiología.Los pacientes trasplantados por cirrosis por VHC tuvieron una media de supervivencia similar a los trasplantados por otras etiologías. En cuanto a la indicación del trasplante, la supervivencia fue mejor para los trasplantados por cirrosis descompensada, siendo la peor para el CHC.

Conclusiones

La supervivencia de nuestra serie fue del 84% al año, del 68% a los 5 años y del 51% a los 10 años, sin encontrar diferencias estadísticamente significativas con los datos del RETH.

En nuestra serie la primera causa de mortalidad es la hepática (37,1%), al igual que en el RETH; destacando en segundo lugar las muertes por causa oncológica.

No se encontraron diferencias significativas en la supervivencia en función del sexo, edad, etiología e indicación del trasplante.

Tips: indicaciones y complicaciones inmediatas (2012-2016)

Hontoria Bautista G, Bernad Cabredo B, Pereda García R, Fernández Marcos C, Martínez Aldea J, Gómez Camarero J, Badía Aranda E, Ramos Rosario R, Puebla Maestu A, Jiménez Moreno M. A, Sáez-Royuela F.

Hospital Universitario de Burgos.

Introducción

La hipertensión portal (HTP) es la situación hemodinámica que se asocia a las principales complicaciones de la cirrosis hepática. El shunt transyugular intrahepático portosistémico (TIPS) es un tratamiento consolidado para manejar complicaciones derivadas o asociadas a la HTP.

Objetivo

Describir las principales indicaciones y complicaciones de los TIPS realizados en un hospital de tercer nivel.

Métodos

Estudio descriptivo de los pacientes con hipertensión portal que requirieron de la realización de TIPS desde marzo de 2012 hasta abril de 2016, de forma urgente o programada, en el Hospital Universitario de Burgos. Se incluyen pacientes derivados de otros centros.

Resultados

Se realizaron 24 TIPS en 22 pacientes con una edad media de 61,8 años, 16 (70,8%) eran hombres. Las indicaciones fueron: HDA recidivante por varices en 16 (66,7%), ascitis refractaria en 5 (20,8%), gastropatía por HTP en 1 (4,2%), reducción del tamaño de las varices previa resección quirúrgica de carcinoma esofágico en 2 (8,3%). Fueron 10 (41,7%) los TIPS realizados de forma urgente, todos indicados por HDA.

La etiología de la hipertensión portal fue la cirrosis hepática. La causa más frecuente de cirrosis fue la enólica (73,9%).

Hubo complicaciones en 11/24 (45,8%), 3 presentaron trombosis (12,5%) y 7 pacientes (29,2%) fallecieron en el siguiente mes.

De los 16 TIPS indicados por HDA, 12 (75%) se han seguido en nuestro centro: 5 (41,7%) fallecieron, 4 (33,3%) no volvieron a presentar episodios de HDA y en 3 (25%) recidivó la HDA.

Aquellos cinco indicados por ascitis, 4 (80%) se han seguido en nuestro centro: 2 fallecieron y 2 obtuvieron buen control.

Conclusiones

La principal indicación de TIPS en nuestro hospital es la HDA por varices.

El TIPS tiene una no desdeñable tasa de complicaciones y de mortalidad.

Se consiguió un control de la HDA en el 57,1% y de la ascitis en el 100% de los pacientes que no fallecieron y fueron seguidos en nuestro centro.

Tratamiento de la Hepatitis crónica C (HCC) con regímenes libres de interferón. Cohorte Acylhe en vida real.

Huáscar Ramos1, Ester Badía1, Pedro Linares2, María Isabel Martín3, Carolina Almohalla4, Francisco Jorquera2, Isidro García5, Mónica Vásquez6, Pilar Conde7, Begoña Alvarez2, Guillermo Karpman8, Visitación Gozalo1, Sara Lorenzo9, Judith Gómez1, Diana Joao2, Marina de Benito4, Lourdes Ruiz9, Felipe Jiménez3, Federico Sáez-Royuela1

1Hospital Universitario de Burgos.

2Complejo asistencial universitario de León.

3Complejo asistencial universitario de Salamanca.

4Hospital Universitario Río Hortega, Valladolid.

5Hospital Río Carrión, Palencia.

6Hospital Santos Reyes, Aranda de Duero.

7Hospital de Zamora.

8Hospital del Bierzo, Ponferrada.

9Hospital Clínico Universitario, Valladolid.

Introducción

Los estudios de registro incluyen pacientes muy seleccionados y en ocasiones sus resultados son difícilmente extrapolables a la población general, de ahí la importancia de los estudios de cohorte en vida real. Los nuevos antivirales de acción directa (AAD) para el tratamiento HCC, alcanzan, en los estudios de registro, tasas de respuesta viral sostenida (RVS) >90%, sin necesidad de usar interferón, minimizando los efectos adversos.

Objetivo

Describir el manejo de los pacientes con HCC a tratamientos con AAD libres de INF en la práctica clínica.

Material y métodos

Estudio multicéntrico, descriptivo, observacional y prospectivo que analiza 468 pacientes con HCC tratados con tratamientos libres de INF desde el 1/12/2014 al 31/8/2015, en 9 hospitales de Castilla y León (terciarios y comarcales), valorando la eficacia y seguridad.

Resultados

Características generales: 68% varones, con edad media de 55 años, 78% con genotipo 1, 71% con polimorfismo CT de la IL28B, con una media de fibrosis medida por elastografía de transición de 19 kilopascales y 62% pretratados. En general, las combinaciones más utilizadas: SOF + SMV: 41,5%; SOF + LDV: 21,5%; PTV/r + DSV: 17,6%; SOF + DCV: 13,2%.

Según genotipo, la combinación más usada en G1 y G4 fue SOF + SMV (47% y 57%, respectivamente) y en G3 y G2 SOF + DCV (78,6% y 50% respectivamente).

La mayoría de pacientes G1, G3 y G4 (89,7%, 63,4% y 88,6% respectivamente) se trataron durante 12 semanas y 58% de los G2 durante 24 semanas.

Se añadió RBV en un 43,5% de los pacientes. La curación virológica se consiguió en las siguientes tasas:

Genotipo 1: SOF + SMV +/- RBV: 90%; SOF + LDV +/- RBV: 100%; SMV + DCV sin RBV: 100%; SOF + DCV sin RBV: 100%; OBT/r/PPV +/- RBV: 83%; SOF + LDV +/- RBV: 100%.

Genotipo 2: SOF + RBV: 100%; SOF + DCV +/- RBV: 100%.

Genotipo 3: SOF +DCV +/-R: 87%; SOF + RBV: 100%; SOF + LDV +/- RBV: 100%.

Genotipo 4: SMV + SOF: 88%; SOF + RBV: 100%; SOF + LDV: 100%. En este genotipo, otras combinaciones están pendientes de valorar RVS12.

Conclusiones

La combinación de tratamiento libre de INF más utilizada ha sido la asociación de SOF con SIME con o sin RBV.

Las pautas de tratamiento, no han mostrado hasta el momento importantes problemas en el manejo de los pacientes, con pocos efectos secundarios y la mayoría transitorios o leves, sin apenas necesidad de su interrupción.

Con la asociación de AAD la mayoría de los pacientes se han beneficiado de una pauta corta de 12 semanas de tratamiento.

Un gran porcentaje de los pacientes no necesitó el uso de RBV, evitando los efectos secundarios derivados de su uso.

Según resultados preliminares, parece que las nuevas terapias libres de IFN presentan una alta tasa de respuesta en nuestros pacientes (los resultados finales se presentarán en el congreso).

Utilidad de los índices analíticos para valoración de Fibrosis Hepática en Hepatitis Virus C

N Reyes, L Monteserín, G Molina, M Jiménez, D Viso, L Vaquero, L Rodríguez, E Gutiérrez, E García-Morán, B Álvarez-Cuenllas, P Linares y F Jorquera.

Complejo Asistencial Universitario de León.

Introducción

La valoración de la fibrosis hepática, especialmente mediante test no invasivos, es necesaria para la prescripción de los nuevos antivirales de acción directa (AAD) en el tratamiento de la infección por virus hepatitis C (VHC). El método más utilizado es la elastografía de transición o FibroScan, aunque no se encuentra disponible en todos los hospitales.

Objetivo

Comparar la utilidad de los índices analíticos obtenidos fácilmente en la práctica clínica (APRI, FIB-4, Forns, Guci y Lok score) con la elastografía. Los objetivos secundarios eran comprobar las diferencias entre estos índices tras alcanzar respuesta viral sostenida (RVS) a la semana 12 post-tratamiento y comparar la variación del valor de la elastografía antes y después del tratamiento.

Métodos

Se diseñó un estudio retrospectivo que incluía todos los pacientes infectados por VHC y que han sido tratados con los nuevos AAD en nuestro hospital desde diciembre 2014 hasta diciembre 2015 y que contaban con una medición exitosa de la fibrosis mediante elastografía, antes y 12 semanas post-tratamiento con RVS. Se recogieron los valores de AST, ALT, GGT, colesterol, plaquetas e INR para calcular los correspondientes índices al inicio de tratamiento y 12 semanas después de su finalización.

Resultados

Se incluyeron 148 pacientes, 66,4% varones, edad media 57,2 años. El genotipo más prevalente fue 1b (50,3%). 144 (97,3%) tenían RVS a las 12 semanas. En todos los casos, un aumento del valor del FibroScan conlleva a un aumento progresivo significativo del valor medio de cada índice (APRI, Forns, Lok y FIB-4 p<0,001 y Guci p=0,001).Todos los índices redujeron su valor medio cuando se compararon diferencias entre valor basal y semana 12 RVS. Hubo una variación en la media de -3,9 kPa (16,8 a 12,9) en los pacientes con RVS a las 12 semanas.

Conclusiones

APRI, FIB-4, Forns, Guci y Lok score presentan una buena correlación predictiva de la fibrosis hepática comparada con la elastografía Pueden ser usados cuando el FibroScan no se encuentre disponible para evaluar la necesidad de los nuevos tratamientos de VHC y su respuesta final.

Validación de las recomendaciones de Baveno VI para el cribado endoscópico de varices esofágicas en el Hospital de León

N Reyes, M Jiménez, G Molina, L Monteserín, D Viso, L Vaquero, L Rodríguez, E Gutiérrez, E García-Morán, B Álvarez-Cuenllas, P Linares y F Jorquera.

Complejo Asistencial Universitario de León.

Introducción

El consenso de Baveno VI recomienda que los pacientes con rigidez hepática <20 kPa y plaquetas > 150.000 tienen un riesgo muy bajo de presentar varices de gran tamaño y puede evitarse el cribado con gastroscopia.

Objetivo

Hemos tratado de validar esta recomendación en nuestro centro en los pacientes con enfermedad hepática crónica avanzada para determinar la exactitud de esta recomendación.

Métodos

Se diseñó un estudio retrospectivo de todos los pacientes a los que se les realizó un fibroscan desde enero 2013 hasta abril 2016, cuya rigidez hepática media fue > 12kPa, se recogieron los valores de plaquetas y si se había realizado gastroscopia con indicación de cribado de varices en el periodo de la realización del FibroScan.

Resultados

Se recogieron un total de 401 pacientes con valor de FibroScan compatible con F4, hombres 277 (68,6%), edad media 60,3 años, etiología viral 52,4%, rigidez hepática media 25,6kPa. A 234 (58,4%) se les realizó gastroscopia de cribado, 83 (43.4%) presentaron varices y 12 (5,1%) varices de gran tamaño. A 40 (17,1%) de los que se les realizó gastroscopia tenían plaquetas >150.000 y FS <20kPa, ninguno tuvo varices de gran tamaño. Los criterios del Baveno VI tuvieron una especificidad de 80,6% y un VPP de 93,7% para prever la ausencia de varices de gran tamaño.

Conclusiones

Aplicando las recomendaciones del Baveno VI en nuestro centro, podrían evitarse el 17,1% de las gastroscopias realizadas por cribado de varices, sin riesgo de perder varices de gran tamaño.

Seroprevalencia de anticuerpos frente al virus de la Hepatitis E (VHE) en población sana y en población reclusa en España

María Siller Ruiz1, Santiago Muñoz Criado1, Ana María Blázquez de Castro1, Miguel Cordero Sánchez2, María Isabel Martín Arribas3, Juan Luis Muñoz Bellido1

1Servicio de Microbiología. Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.

2Servicio de Enfermedades Infecciosas. Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.

3Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.

Introducción

La infección por VHE puede transmitirse por vía fecal-oral, habitualmente por agua contaminada, en áreas con bajos estándares sanitarios. En países desarrollados se describen, con frecuencia creciente, casos de hepatitis E (HE) esporádicos, probablemente de origen zoonótico. Un alto porcentaje de reclusos, en nuestro medio, procede de países con alta prevalencia de HE de transmisión fecal-oral. Sin embargo, son escasos (en España prácticamente inexistentes) los estudios sobre HE en esta población.

Objetivo

Estudiar la seroprevalencia de VHE en población reclusa y en población sana en España.

Métodos

Se determinó la prevalencia de anticuerpos anti-VHE IgG e IgM en 100 reclusos (89% hombres, 11% mujeres) y 224 individuos sanos, donantes de sangre, (59% hombres y 41% mujeres) con un método inmunoenzimático. Cuando la IgM fue positiva, se determinó la viremia mediante PCR anidada específica para el ORF-2 del VHE.

Resultados

La prevalencia de anti-VHE IgG en reclusos fue del 26% y en población general del 14% (p<0.01). La prevalencia en población general fue del 17,4% en varones y del 9,8% en mujeres (p=0,054). En reclusos, la prevalencia en hombres fue del 26,7% y en mujeres del 18,2% (p=0,055). Se detectó IgM sólo en dos pacientes, ambos del grupo de población general, con PCR (-). La prevalencia de anticuerpos frente al virus de la hepatitis A (anti-VHA) fue significativamente mayor en reclusos (80,6%). La prevalencia de anti-VHE fue del 30,6% en pacientes anti-VHA (+), frente al 7,7% en anti-VHA (-) (p<0,05). El 26% de los reclusos eran VIH (+), con una prevalencia de anti-VHE del 23% (p=ns). El 55% de los reclusos tenía anticuerpos frente al virus de la hepatitis C (anti-VHC). La prevalencia de anti-VHE fue similar en pacientes con (25,5%) y sin (26,6%) anti-VHC. Se determinó la serología del VHB en 86 reclusos, y 34 (39,5%) tenían datos de infección actual (2) o pasada (32). La prevalencia de anti-VHE en este grupo fue del 32,4% y en pacientes sin contacto con VHB del 21.2% (p=ns). La prevalencia de anti-VHE en pacientes con serología positiva para VIH, VHB y VHC fue del 40%.

Conclusiones

La prevalencia de IgG anti-VHE es significativamente mayor en reclusos que en población general. El origen geográfico de buena parte de la población reclusa y su asociación con serología positiva para VHA, sugiere un origen mayoritariamente fecal-oral. No se detectaron infecciones activas por VHE. La presencia de anticuerpos frente a VHB, VHC o VIH, de forma individual, no se asoció a mayor prevalencia de anti-VHE.

Evaluation of advaced fibrosis measured by transient elastography after Hepatitis C virus protease inhibitor-based triple therapy

Federico Sáez-Royuela1, Pedro Linares2, Luis A. Cervera1, Carolina Almohalla3, Francisco Jorquera2, Sara Lorenzo4, Isidro García5, Guillermo Karpman6, Ester Badia1, María A. Vallecillo3, Adriana Moncada1, Sara Calvo7, José L. Olcoz2, Asociación Castellano y Leonesa de Hepatología (ACyLHE).

1Department of Gastroenterology and Hepatology, Hospital Universitario de Burgos, Spain.

2Department of Gastroenterology and Hepatology, Complejo Asistencial Universitario León, Spain.

3Department of Hepatology, Hospital Universitario Rio Hortega, Valladolid, Spain.

4Department of Gastroenterology and Hepatology, Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Spain.

5Department of Gastroenterology and Hepatology, Complejo Asistencial Palencia, Spain.

6Department of Gastroenterology and Hepatology, Hospital El Bierzo, Ponferrada, Spain.

7Fundación Burgos por la Investigación de la Salud, Hospital Universitario de Burgos, Spain.

Introduction

Few studies have investigated the course of liver stiffness after treatment with protease inhibitors. We evaluated this therapy on liver fibrosis measured by transient elastography.

Methods

This multicenter observational, cohort, prospective study included 90 patients with hepatitis C genotype 1 treated with telaprevir or boceprevir who had advanced fibrosis evidenced by liver stiffness (≥9.5 kPa). Liver stiffness was measured at baseline and 24 weeks after treatment ended, and was compared with virological responses at week 12.

Results

Liver stiffness decreased in 89% of patients who achieved sustained virological response. The median intrapatient liver stiffness value at the end of follow-up decreased by 5.1 kPa (35%) from baseline compared with 0.1 kPa (0.5%) in those who did not achieve a sustained virological response (P < 0.001). The liver stiffness level fell below 9.5 kPa in 58% of patients with sustained virological response, and 71% of those with sustained virological response and cirrhosis evidenced by liver stiffness at baseline achieved regression below 12.5 kPa by the end of follow-up. Sustained virological response was the only variable associated with improved liver stiffness in multivariate analysis (odds ratio: 17.3; 95% confidence interval: 4.4–67.6; P < 0.001).

Conclusions

In patients with advanced fibrosis measured by transient elastography at the beginning of protease inhibitor-based therapy with sustained virological response, liver stiffness was significantly reduced 24 weeks after treatment.

Asuntos pendientes con la colitis microscópica

Editorial

Son muchos los aspectos relacionados con la colitis microscópica (CM) que deben ser esclarecidos pero probablemente entre los que más nos atañen como médicos clínicos y endoscopistas, están su incidencia y las circunstancias en las que debemos sospecharla.

En el presente número de la Revista de ACAD Marcos et al[1] comunican una incidencia media anual de CM en la provincia de Salamanca de 2,98 casos por 100000 entre 1999 y 2014. Según los autores, el diagnóstico se ha establecido con una frecuencia 3 veces mayor en los últimos ocho años habiendo permanecido las características de la población estables, siendo la incidencia en los últimos tres, 3,95 por 100000. Este incremento se ha descrito también en Suecia y Canadá[2] y es, en parte, explicable por el mejor conocimiento que clínicos y patólogos tenemos de esta enfermedad aunque probablemente hay otros factores relacionados con la asistencia, como la prescripción de fármacos o el acceso a la colonoscopia, y otros factores por investigar.

En el caso concreto de la colitis linfocítica (CL), la incidencia que los autores describen en Salamanca entre 2012 y 2014 es 2,99/100000, similar a la descrita por Fernández-Bañares et al en Tarrasa entre 2004 y 2008 (2,2/100000)[2] pero menor a los 16 casos /100000 descritos por Guagnozzi et al en Tomelloso[3] entre 2008 y 2010. Por otro lado la incidencia de colitis colágena (CC) en Salamanca es 0,95/100000, menor a la descrita en Tarrasa (2,6/100000)[2] y en este caso similar a la descrita en Tomelloso[3]. En la CM, como en otras áreas de la práctica asistencial, es fundamental conocer el medio en el que nos movemos y tener una idea clara de la frecuencia con la que llegamos al diagnóstico en cada centro.

Otro aspecto que nos parece relevante es que el 29% de casos de CM se diagnosticaron en pacientes con menos de 50 años[1]. La CM no solo se diagnostica por tanto en pacientes de edad avanzada. Esto, junto con la frecuencia con la que los síntomas de la CM y los del síndrome de intestino irritable con predominio de diarrea (SII-D) se solapan[4] puede llevar, siempre que no se desarrollen buenos biomarcadores para la CM, a una indicación más frecuente de colonoscopia con toma de biopsias en pacientes jóvenes en los que en principio este exploración no se habría considerado por excluirse la organicidad en función de la edad y los síntomas.

En relación a la relación entre CM y fármacos, en el presente trabajo se comprueba una elevada frecuencia de consumo de fármacos como los IBPs o AINES entre los pacientes con CM. Se comprueba además un consumo más frecuente de AINES, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y estatinas en pacientes con CC frente a pacientes con CL[1]. La relación entre fármacos como los IBPs, los AINES, beta bloqueantes o ISRS con la CL o la CC ha sido también confirmada por Fernández-Bañares et al[5], identificando además Guagnozzi et al una posible relación con el topiramato en pacientes jóvenes[6]. Identificar tratamientos médicos asociados a la CM parece fundamental desde el punto de vista asistencial ya que la evolución de los pacientes con CM es mejor, cuando la desaparición de los síntomas es espontánea o se consigue retirando los fármacos considerados responsables, que cuando es necesario el tratamiento con budesonida[7].

En España, además de los trabajos realizados por los grupos referidos más arriba, se han publicado recientemente las recomendaciones para el manejo de la CM[8], pero parece fundamental aclarar la incidencia de la CM en diferentes partes del país, identificar los factores de riesgo y diseñar biomarcadores de forma que podamos predecir el diagnóstico de CM con la mejor precisión posible y así gestionar de manera eficiente los recursos asistenciales, en este caso las listas de espera de la colonoscopia.

BIBLIOGRAFÍA

1 

Marcos H, Jiménez A, Piñero C, Pérez D, Revilla C, Calabuig V, et al. Evolución y factores de riesgo de la colitis microscópica en la provincia de Salamanca. Rev ACAD. 2016;32 (1).

2 

Fernandez-Banares F, Salas A, Esteve M, Pardo L, Casalots J, Forne M, et al. Evolution of the incidence of collagenous colitis and lymphocytic colitis in Terrassa, Spain: a population-based study. Inflammatory bowel diseases. 2011 Apr;17(4):1015-20. PubMed PMID: 20878755. Epub 2010/09/30. eng.

3 

Guagnozzi D, Lucendo AJ, Angueira-Lapena T, Gonzalez-Castillo S, Tenias Burillo JM. Prevalence and incidence of microscopic colitis in patients with diarrhoea of unknown aetiology in a region in central Spain. Digestive and liver disease : official journal of the Italian Society of Gastroenterology and the Italian Association for the Study of the Liver. 2012 May;44(5):384-8. PubMed PMID: 22265684. Epub 2012/01/24. eng.

4 

Guagnozzi D, Arias A, Lucendo AJ. Systematic review with meta-analysis: diagnostic overlap of microscopic colitis and functional bowel disorders. Alimentary pharmacology & therapeutics. 2016 Feb 24. PubMed PMID: 26913568. Epub 2016/02/26. Eng.

5 

Fernandez-Banares F, de Sousa MR, Salas A, Beltran B, Piqueras M, Iglesias E, et al. Epidemiological risk factors in microscopic colitis: a prospective case-control study. Inflammatory bowel diseases. 2013 Feb;19(2):411-7. PubMed PMID: 23344243. Epub 2013/01/25. eng.

6 

Guagnozzi D, Lucendo AJ, Angueira T, Gonzalez-Castillo S, Tenias JM. Drug consumption and additional risk factors associated with microscopic colitis: Case-control study. Revista espanola de enfermedades digestivas: organo oficial de la Sociedad Espanola de Patologia Digestiva. 2015 Jun;107(6):347-53. PubMed PMID: 26031862. Epub 2015/06/03. eng.

7 

Fernandez-Banares F, Zabana Y, Aceituno M, Ruiz L, Salas A, Esteve M. Prevalence and natural history of microscopic colitis: A population-based study with long-term clinical follow-up in Terrassa, Spain. Journal of Crohn’s & colitis. 2016 Jan 27. PubMed PMID: 26818762. Epub 2016/01/29. Eng.

8 

Fernandez-Banares F, Casanova MJ, Arguedas Y, Beltran B, Busquets D, Fernandez JM, et al. Current concepts on microscopic colitis: evidence-based statements and recommendations of the Spanish Microscopic Colitis Group. Alimentary pharmacology & therapeutics. 2016 Feb;43(3):400-26. PubMed PMID: 26597122. Epub 2015/11/26. eng.

Evolución y factores de riesgo de la colitis microscópica en la provincia de Salamanca

Resumen

Estudios recientes sugieren un incremento de la incidencia de colitis microscópica (CM) en las últimas décadas y su posible relación con otras enfermedades y medicamentos. A continuación presentamos un estudio cuyo objetivo fue evaluar y comparar los cambios en la tasa de incidencia, características epidemiológicas y los factores de riesgo de los pacientes diagnosticados de CM en la provincia de Salamanca en los últimos años.

Métodos. Estudio observacional retrospectivo desde 1999 hasta 2014. Las variables analizadas fueron género, edad, fecha de diagnóstico, la presencia o ausencia de los principales factores de riesgo farmacológicos y de enfermedades asociadas. Se ha calculado incidencia acumulada e incidencia específica por grupos de edad comparándose los resultados entre periodos.

Resultados. Se diagnosticaron 167 pacientes (tasa de incidencia anual de 2,98 casos por 100,000 habitantes y edad media de 60,2 años). Predomina el sexo femenino (1:1,7) y la franja de edad entre los 51 y 75 años (48% del total). Se ha triplicado la incidencia en el periodo de 2007 a 2014 respecto al de 1999 a 2006 manteniéndose la población estable en ambos periodos. El 15,6% presentaban diabetes mellitus tipo 2 y el 8,4% alguna enfermedad autoinmune concomitante. El 58,7% de los pacientes eran consumidores habituales de inhibidores de la bomba de protones (IBP), el 37,1% de antiinflamatorios no esteroideos (AINE), el 26,3% de estatinas, el 22,2% de inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS), el 16,8% de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y el 12,6% de beta bloqueantes (ßB). En los últimos tres años, existe una asociación estadísticamente significativa entre la toma de AINE (p=0,012), ISRS (p=0,021), estatinas (p=0,035) y la colitis colágena (un subtipo de CM). Conclusiones. Existe un aumento de la incidencia de CM en la provincia de Salamanca en los últimos años. La creciente sensibilización y sospecha clínica, el aumento considerable de colonoscopias y el aumento del consumo de ciertos medicamentos relacionados con la enfermedad pueden haber sido los factores más importantes para el aumento de la detección.

Palabras clave: Colitis microscópica, epidemiología, incidencia, fármacos, factores de riesgo.

Abreviaturas: CM: colitis microscópica, CC: colitis colágena, CL: colitis linfocítica, IBP: inhibidores de la bomba de protones, AINE: antiinflamatorios no esteroideos, ISRS: inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, AAS: ácido acetil salicílico, IECA: inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, DM: diabetes mellitus, EII: enfermedad inflamatoria intestinal

CORRESPONDENCIA

Servicio de Aparato Digestivo

Hospital Universitario de Salamanca

Paseo San Vicente 50-180

37007 Salamanca, España

Teléfono: +34 923 291 400

Email: h.mp@hotmail.es

Introducción

La colitis microscópica (CM) es una enfermedad que provoca diarrea crónica acuosa secundaria a la inflamación microscópica del colon, siendo la mucosa endoscópicamente normal. Histológicamente se divide en dos subtipos: la colitis colágena (CC) y la colitis linfocítica (CL)[1]. La CC se caracteriza por la presencia de una capa engrosada de colágeno subepitelial (10 µm o más) y la CL se caracteriza por el aumento del número de linfocitos intraepiteliales (más de 20 linfocitos por cada 100 células epiteliales)[1]. Estudios epidemiológicos recientes describen un aumento de la incidencia de CM en los últimos años, diferencias geográficas entre países y sugieren una probable relación con ciertos fármacos y enfermedades autoinmunes[25]. En nuestro país escasas provincias aportan datos epidemiológicos de esta patología y de sus factores de riesgo. Presentamos un estudio descriptivo que evalúa y compara los cambios en la tasa de incidencia, características epidemiológicas y los factores de riesgo de los pacientes diagnosticados de CM en la provincia de Salamanca desde 1999 hasta 2014 para poder estimar la carga real de la enfermedad, que podría tener consecuencias en la distribución de los recursos sanitarios e investigación.

Material y método

Estudio epidemiológico, observacional, descriptivo y retrospectivo. La población de estudio comprende la población residente en la provincia de Salamanca que ha sido diagnosticada de CM según criterios histopatológicos entre el 01/01/1999 y el 31/12/2014. Los datos poblacionales de Salamanca han sido obtenidos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a partir de los Censos Poblacionales de los años 1999 a 2014[6]. Las variables estudiadas han sido género, edad y fecha de diagnóstico. Se ha calculado incidencia acumulada (se define como el número de casos incidentes habidos durante un año dividido por el total de la población en estudio al inicio del año) e incidencia específica por grupos de edad (hemos dividido la población en grupos: de 0 a 25 años, de 26 a 50 años, de 51 a 75 años y mayores de 75 años) comparándose los resultados entre periodos (primer periodo de 1999 a 2006 y segundo periodo de 2007 a 2014). En los tres últimos años disponemos de diagnósticos histopatológicos diferenciando entre los dos subtipos de CM (CL y CC) que también hemos analizado. Además, se describe la presencia o ausencia de los principales factores de riesgo farmacológicos y de enfermedades asociadas ya relacionados en otros estudios recientes [3], [4]. Como factores de riesgo farmacológico se recogieron medicamentos de uso crónico habitual que recibían estos pacientes: inhibidores de la bomba de protones (IBP), antiinflamatorios no esteroideos (AINE), estatinas, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), ácido acetil salicílico a dosis menores de 325 mg por día (AAS), inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA) y beta-bloqueantes (ßB). Como enfermedades asociadas se recogieron la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) y las enfermedades autoinmunes como la diabetes mellitus tipo 1 (DM1), enfermedad celiaca, enfermedad inflamatoria intestinal crónica (EII), enfermedades autoinmunes del tiroides y artritis reumatoide. También en los últimos tres años analizamos si existe relación estadística significativa entre los factores de riesgo recogidos y alguno de los subtipos de CM (CC y CL).

Para el análisis estadístico se ha usado el programa SPSS para Windows versión 22.0. Se realiza una descriptiva de nuestra población con número y porcentaje. Para comparación de variables se ha utilizado el test de Chi cuadrado para las variables cualitativas aceptando como significación estadística valores de p<0,05.

Resultados

En total se diagnosticaron 167 pacientes con una tasa de incidencia anual de 2,98 casos por cada 100,000 habitantes (Figura 1). La edad media fue de 60,2 años (desviación estándar de 17,9 años) y con una mediana de edad de 64 años (percentil 25: 46 años, percentil 75: 75 años).

Figura 1

Incidencia de colitis microscópica por año en valores absolutos en la provincia de Salamanca.

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Existe un predominio en el sexo femenino con una relación hombre mujer de 1:1,7. En lo que respecta a grupos de edad destaca la franja de edad que comprende entre los 51 y 75 años con un 48% de la incidencia total, el 24% se encuentran en la franja de 26 a 50 años, el 23% en la franja de mayores de 75 años y tan sólo un 5% eran menores de 26 años.

Del total de casos, 39 se diagnosticaron en el periodo de 1999 a 2006 y 128 en el periodo de 2007 a 2014, lo que supone un aumento de la detección en este segundo periodo hasta triplicarse la incidencia (Figura 1), habiéndose mantenido la población de Salamanca en ambos periodos prácticamente idéntica tanto en números absolutos como por grupos de edad[6]. Las variables sexo y edad de diagnóstico han sido similares en ambos grupos.

En lo que respecta a uso de fármacos como factor de riesgo, destaca que más de la mitad de los pacientes (el 58,7%) eran consumidores habituales de IBP, el 37,1% de AINE, el 26,3% de estatinas, el 22,2% de ISRS, el 16,8% de IECA y el 12,6% de ßB (Figura 2). En cuanto a las enfermedades asociadas podemos afirmar que el 15,6% presentaban diabetes mellitus tipo 2 y el 8,4% alguna enfermedad autoinmune concomitante: 3,6% artritis reumatoide, 3% enfermedad autoinmune tiroidea, 1,2% enfermedad celiaca, 0,6% enfermedad inflamatoria intestinal crónica y ningún paciente de la serie presentaba diabetes mellitus tipo 1.

Figura 2

Tipo de fármaco consumido por pacientes con colitis microscópica (número absoluto y porcentaje). IBP: inhibidores de la bomba de protones; AINEs: antiinflamatorios no esteroideos; ISRS: inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina; IECA: inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina; B-bloqueante: beta bloqueantes.

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Al analizar los datos de los últimos tres años encontramos un total de 41 casos lo que supone una incidencia acumulada anual de 3,947 casos por 100,000 habitantes. De ellos el 76% correspondía a colitis linfocítica (2,99 casos por 100000 habitante y año) y el 24% a colitis colágena (0,95 casos por 100,000 habitantes y año). La relación hombre mujer fue 1:2,4 y más de la mitad (el 53%) de los diagnósticos fueron en el grupo de edad de 51 a 75 años, el 32% eran mayores de 75 años, el 10% en la franja de edad de 26 a 50 años y de nuevo el 5% eran menores de 26 años.

También en este periodo de los últimos 3 años (2012-2014) se puede afirmar que no hay relación estadísticamente significativa entre ninguna de las enfermedades evaluadas y el subtipo de CM. Sin embargo, existe una asociación estadísticamente significativa entre la toma de AINE, ISRS, estatinas y la CC ya que 7 de los 10 pacientes diagnosticados de CC en este periodo consumían AINE (p=0,012), ISRS (p=0,021) y estatinas (p= 0,035) de forma habitual (figura 3). No se ha encontrado ninguna otra asociación entre el subtipo de CM (CC o CL) y el resto de fármacos analizados.

Discusión

Recientes meta-análisis y revisiones sistemáticas a nivel mundial informan de que la CM es una enfermedad relativamente frecuente, con unas tasas de incidencia globales de 8,99 por cada 100,000 habitantes y año (4,14 para la CC y 4,85 para la CL), y con un claro predominio de mujeres sobre los hombres siendo la razón de tasa de incidencia a favor de las mujeres de 3,05 en la CC y 1,92 en la CL. La edad media de diagnóstico es de 64,9 años en la CC y 62,18 en la CL[3]. En el presente estudio en la provincia de Salamanca la tasa de incidencia media de CM ha sido de 2,98 casos por 100000 habitantes y año a lo largo de los últimos 16 años (Figura 1), alcanzando una tasa incidencia media de 3,95 casos por 100,000 habitantes y año (0,95 para CC y 2,99 para CL) si analizamos los últimos tres años. Predomina en el género femenino con una relación hombre mujer de 1:1,7 a favor de estas últimas y la edad media de diagnóstico de 60,2 años. Estos datos son similares a los del estudio español de Tarrasa[7] donde se observó una tasa de incidencia de 4,8 casos por 100,000 habitantes y año (2,6 para CC y 2,2 para CL) y al estudio holandés[8] que obtuvo una tasa de incidencia de 3,1 casos por 100,000 habitantes y año (1,8 para CC y 1,3 para CL). Sin embargo al comparar con las tasas de incidencia de países escandinavos del norte de Europa, las nuestras son muy inferiores, lo que sustenta la hipótesis de que exista un gradiente norte-sur en la incidencia de esta enfermedad[3].

Al comparar la incidencia en los primeros ocho años con la de los últimos ocho años podemos afirmar que la incidencia de CM se ha triplicado (39 casos desde 1999 a 2006 y 128 casos desde 2007 a 2014) (Figura 1) habiéndose mantenido la población en números absolutos y por grupos de edad prácticamente idéntica. Además la distribución por sexo y por grupos de edad en Salamanca ha sido similar a la descrita en otras series en el resto del mundo.

Tan sólo el 8,4% de los enfermos presentaban alguna enfermedad autoinmune concomitante, porcentaje inferior al descrito en otras series[4] y sin encontrar ninguna asociación estadísticamente significativa.

En varios estudios ha sido previamente descrita una asociación de CM relacionada con el uso de ciertos medicamentos llegándose a considerar factores de riesgo para esta enfermedad y observando mejoría tras la retirada de los mismos[9], [10]. Hay que tener en cuenta que algunos de ellos también pueden producir diarrea crónica como efecto secundario por sí mismos. Los más frecuentemente relacionados son los IBP, ISRS, AINE y estatinas que son medicamentos cuyo consumo se está disparando en los últimos años. En nuestra serie, destaca el uso de alguno de estos fármacos en la mayoría de los pacientes: IBP 58,7%, AINE 37,1%, estatinas 26,3% e ISRS 22,2%, lo que apoyaría esta asociación (Figura 2). Además analizando los datos de los últimos tres años encontramos una asociación estadísticamente significativa entre AINE, ISRS, estatinas y la CC (Figura 3).

Figura 3

Fármacos que presentan asociación estadísticamente significativa con colitis colágena (2012-2014). AINE: antiinflamatorios no esteroideos (p= 0,012); ISRS: inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (p=0,021); estatinas (p=0,035). Test estadístico: Chiuadrado.

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En resumen, existe un aumento de la incidencia de CM en la provincia de Salamanca en los últimos años. La creciente sensibilización y sospecha clínica (progresiva familiarización de clínicos y patólogos con el diagnóstico) añadido al aumento considerable de colonoscopias (más del doble en el último periodo) con toma de biopsias y asociado al aumento del consumo de ciertos medicamentos relacionados con la enfermedad pueden haber sido los factores más importantes para el aumento de la detección de la CM, lo que a su vez podría suponer una mejoría en el manejo de estos pacientes y evitar gastos innecesarios en pruebas complementarias cuando la sospecha clínica inicial sea alta.

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Efectividad de las técnicas pancreáticas para la canulación del colédoco en la CPRE

Resumen

La canulación profunda del colédoco es indispensable para realizar maniobras terapéuticas. Por su posición horizontal, el páncreas es más fácil de canular. Presentamos nuestra experiencia con técnicas pancreáticas (TP) para acceder al colédoco tras colocar una guía en el Wirsung.

Material y Métodos. Estudio prospectivo en 161 CPRE consecutivas con Papila de Vater intacta. Para canular se empleó un esfinterotomo de 3,9 french en la punta con una guía de 0,025 pulgadas y 260 cm de longitud, manipulada por el endoscopista. Si la guía entraba en el Wirsung, podía dejarse allí y utilizarla como escalón para realizar diversas maniobras que permitieran la canulación coledociana. Al finalizar la intervención procuró insertarse una prótesis pancreática sin topes internos para prevenir una pancreatitis aguda y permitir su expulsión espontánea. Se administraron también 75 mg de diclofenaco intravenosos.

Resultados. La canulación coledociana global fue 150/161 (93,2%). Las TP se utilizaron en 28% (45/161) con éxito del 95,5% (43/45). Se emplearon 5 TP: canulación sobre una prótesis pancreática tras esfinterotomía pancreática (48,8%), esfinterotomía pancreática (27,9%), canulación sobre la guía del páncreas (9,3%), precorte sobre prótesis pancreática (6,9%) y canulación sobre prótesis pancreática (6,9%). Hubo un 4,4% de pancreatitis moderadas. Conclusiones. En este estudio, tras insertar una guía de 0,025 pulgadas en el páncreas se canuló el colédoco en el 95,5% por medio de diversas TP. La tasa de pancreatitis no fue elevada, a pesar de la manipulación pancreática, quizás en relación con la inserción de prótesis y/o la administración de un fármaco antiinflamatorio.

Palabras clave: CPRE, pancreatitis post-CPRE, técnicas de canulación en CPRE, Técnicas pancreáticas en CPRE.

Abreviaturas

CPRE: colangiopancreatografía retrógrada endoscópica

TP: técnicas pancreáticas

CORRESPONDENCIA

J. García-Cano

Servicio de Aparato Digestivo

Hospital de la Luz

16002 Cuenca. España.

Email: jgarciacano@terra.com

Introducción

Desde hace unos 40 años[1] la Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) es el tratamiento de elección para una gran mayoría de procesos patológicos coledocianos. La canulación profunda del colédoco es la primera maniobra esencial para llevar a cabo la terapéutica endoscópica.

Parece que la canulación de la vía biliar con un esfinterotomo con guía tiene mayores tasas de éxito y produce menos pancreatitis que la canulación con inyección de contrate a través del esfinterotomo[2]. Sin embargo, algunos autores han observado que aunque la tasa de canulación coledociana es superior con la utilización de guías, el porcentaje de pancreatitis no disminuye. Parece que el efecto más determinante para reducir la pancreatitis es el número de veces que se toca la Papila de Vater en los intentos de canulación[3].

Es conocido desde los inicios de la CPRE que el Wirsung suele ser más fácil de canular que el colédoco, debido a que tiene una posición más horizontal. La inserción de una guía en el páncreas permite realizar determinadas maniobras que conduzcan a una canulación rápida del colédoco y constituyen las denominadas técnicas pancreáticas (TP) que ayudan a canular la vía biliar y tienen como objetivo disminuir el número de veces que se manipula la Papila de Vater para dirigir el catéter hacia el colédoco[4].

Presentamos nuestra experiencia en las TP utilizadas para canular la vía biliar en una serie consecutiva de pacientes no seleccionados que precisaban drenaje del colédoco mediante CPRE.

Material y método

Para la canulación del colédoco se empleó un esfinterotomo de 3,9 french en la punta con una guía de 0,025 pulgadas y 260 cm de longitud que era manipulada por el endoscopista (sistema Rapid Exchange, Boston Scientific). El objetivo era canular la vía biliar, pero si la guía entraba en el Wirsung en vez del colédoco, podía dejarse allí (Figura 1), a discreción del endoscopista y utilizarla como escalón para realizar diversas TP, que permitieran la canulación biliar . En general, solamente se inyectó contraste en la vía biliar una vez que la guía había avanzado profundamente dentro del colédoco. Sin embargo, en ocasiones se realizó una pequeña inyección de contraste en el Wirsung para corroborar su correcta canulación (Figura 2).

Figura 1

A) visión endoscópica de una guía de 0,025 pulgadas en el Wirsung. B) visión fluoroscópica.

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Figura 2

Canulación del colédoco sobre una guía en el Wirsung o técnica de la doble guía.

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Técnicas pancreáticas (Figura 3)

Figura 3

Técnicas Pancreáticas.

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1. Canulación del colédoco sobre la guía previamente colocada en el Wirsung o técnica de la doble guía. Tras comprobar por fluoroscopia que la guía se había situado profundamente en el páncreas se retiraba el esfinteroromo y realizaban intentos de canulación del colédoco con esfinterotomo y nueva guía por encima de la guía pancreática (Figura 2).

2. Canulación del colédoco por encima de una prótesis pancreática. Tras retirar el esfinterotomo se insertó sobre la guía del Wirsung una prótesis plástica de 5 french y de 3 a 6 cm de longitud (GEPD, Cook) y sobre ella trató de canularse la vía biliar (Figura 4).

Figura 4

A) imagen endoscópica de la canulación del colédoco sobre una prótesis pancreática. B) Imagen fluoroscópica.

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3. Precorte sobre una prótesis pancreática. Cuando no era posible canular la vía biliar según la técnica 2, por ejemplo, si quedaba poco espacio entre el orificio papilar y la prótesis, la papila se seccionó con un esfinterotomo de aguja siguiendo la dirección de la prótesis pancreática, y, a continuación se intentó la canulación coledociana sobre la prótesis aprovechando la apertura del orificio papilar del precorte.

4. Esfinterotomía pancreática. Una vez que la guía había penetrado en el Wirsung se hacía avanzar el esfinterotomo hasta que la mitad del hilo de diatermia quedara dentro de la Papila. Se procuraba dirigir el corte hacia las 12 (dirección del colédoco). No obstante, la esfinterotomía pancreática para canular el colédoco es muy similar a la esfinterotomía pancreática convencional. Tras la apertura del orificio papilar se intentaba dejar la guía en el páncreas, canular sobre ella el colédoco y colocar una prótesis pancreática al final de la intervención. Cuando no conseguía avanzarse profundamente la guía en el páncreas, como en las situaciones anatómicas de «ansa pancreática» se retiró la guía. En estas circunstancias no se colocaba prótesis pancreática.

5. Esfinterotomía pancreática, colocación de prótesis en el Wirsung y canulación del colédoco sobre la prótesis (Figura 5).

Figura 5

A) imagen endoscópica de la Papila de Vater. B) Imagen fluoroscópica de una guía de 0,025 pulgadas en el Wirsung. C) Imagen endoscópica de una prótesis pancreática colocada en el Wirsung tras una esfinterotomía pancreática. D) Imagen fluoroscópica de la colocación de la prótesis en el Wirsung. E) Canulación del colédoco sobre la prótesis pancreática. F) Colangiografía en la que se aprecian coledocolitiasis. G) Prótesis pancreática en el Wirsung tras la CPRE para prevenir una pancreatitis.

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Antes de la CPRE se obtuvo el consentimiento informado de los pacientes o sus familiares. Todas las CPRE fueron realizadas por un mismo endoscopista que administró también sedación con midazolam y dolantina. Se utilizó buscapina para relajar la motilidad duodenal. Los pacientes se colocaron en decúbito prono o decúbito lateral izquierdo. Al finalizar la intervención endoscópica se administraron 75 mg de diclofenaco i.v. para intentar prevenir una pancreatitis post-CPRE. Todos los pacientes permanecieron ingresados al menos la noche de la intervención endoscópica. Se realizaron determinaciones analíticas de hemograma y bioquímica que incluía la amilasa sérica a las 6 horas y a la mañana siguiente.

Los resultados de cada CPRE se introdujeron de forma prospectiva en una base de datos específica realizada en el programa Excel (Microsoft).

Resultados

Durante un periodo de 18 meses se incluyeron 161 pacientes con Papila de Vater intacta que precisaban tratamiento endoscópico de una obstrucción biliar (coledocolitiasis 45%, tumores 35%, estenosis benignas 17%) o fístulas biliares (3%). El éxito global de canulación del colédoco fue de 93,2%. La canulación directa de la vía biliar con esfinterotomo y guía se consiguió en el 58,3% (94/161), por medio de precorte con esfinterotomo de aguja o con el esfinterotomo convencional en el 8% (13/161) y con TP en el 26,7% (43/161). No pudo canularse el colédoco en el 6,8% (11/161). En 11 de estas ocasiones la guía no entró ni en la vía biliar ni en el páncreas y en 2 casos, tras canularse el páncreas con la guía, las TP fueron infructuosas para canular el colédoco. No se encontraron diferencias en el uso de TP entre los distintos grupos de obstrucción biliar (coledocolitiasis, tumores, estenosis benignas) o fístulas biliares.

Las TP fueron eficaces para obtener la canulación biliar en el 95,5% (43/45). Los métodos empleados fueron: 1) canulación sobre la guía en el páncreas o técnica de la doble guía 4/43 (9.3%), 2) Canulación sobre una prótesis páncreática 3/43 (6.9%), 3) precorte con esfinterotomo de aguja sobre una prótesis pancreática 3/43 (6.9%), 4) esfinterotomía pancreática 21/43 (48,8%) y 5) canulación sobre una prótesis pancreática tras esfinterotomía pancreática 12/43 (27.9%). De tal forma que la esfinterotomía pancreática seguida de las técnicas 4 ó 5 se realizó en el 76,7% % de las ocasiones (Tabla 1).

Tabla 1

Resultados de la canulación del colédoco en la serie

Total pacientes 161
Fallo canulación 11/161 (6,8%)
Canulación directa del colédoco 94/161 (58,3%)
Técnicas pancreáticas 43/161 (26,7%)
Doble guía 4/43 (9,3%)
Canulación sobre prótesis pancreática 3/43 (6,9%)
Precorte sobre prótesis pancreática 3/43 (6,9%)
Esfinterotomía pancreática 12/43 (27,9%)
Canulación sobre prótesis pancreática tras esfinterotomía pancreática 21/43 (48,8%)
Canulación tras precorte 13/161 (8%)
Éxito global de canulación del colédoco 150/161 (93,2%)

Se produjo una pancreatitis leve-moderada en 2 (4,4%) ocasiones en las que tras realizar una esfinterotomía pancreática (técnica 4) no pudo insertarse una prótesis en el Wirsung.

La tasa de pancreatitis en la canulación convencional o con precorte fue de 3,7% (4/107). Diferencia no significativa con respecto a la tasa de pancreatitis en las TP.

Discusión

Las TP como ayuda a la canulación del colédoco se han ido desarrollando a lo largo de los 40 años de existencia de la CPRE terapéutica. De tal forma que previamente se han descrito la técnica de la canulación biliar sobre una guía en el páncreas o técnica de la doble guía[5]-[9], la canulación sobre una prótesis pancreática[10]-[12], el precorte con esfinterorotomo de aguja sobre una prótesis pancreática[13] o la esfinterotomía pancreática como método de acceso al colédoco[14]-[17].

Una de las novedades de este estudio es presentar cómo pueden combinarse las distintas TP en una situación clínica habitual, en una serie consecutiva de pacientes no seleccionados. De forma global la TP más utilizada fue la esfinterotomía pancreática en el 76,7% de las ocasiones y en un 48,8% se siguió con la inserción de una prótesis pancreática y canulación del colédoco por encima de la prótesis (Figura 5).

El objetivo fundamental era conseguir el acceso al colédoco de la forma más rápidamente posible. Por un lado porque se había administrado a los pacientes sedación superficial o consciente por el mismo endoscopista y, por otro, es conocido que cuanto mayor es la duración de la CPRE mayor son también la incidencia de complicaciones[18].

La incidencia de pancreatitis post-CPRE, aunque muy variada, suele oscilar entre 1.6%-15.1%[20]. Por lo tanto, a pesar de la manipulación pancreática que conllevan las TP, el porcentaje de 4,4% en este grupo se encuentra en el límite bajo de las cifras descritas. Puede deberse a varios factores. La guía utilizada por nosotros de 0,025 pulgadas es, como se ha indicado previamente, menos rígida que la habitual de 0,035. La colocación de una prótesis pancreática al final de las intervenciones y la utilización sistemática de un antiinflamatorio como el diclofenaco pueden haber contribuido también a desarrollar una tasa baja de pancreatitis aguda post-CPRE.

En los pacientes en que se utiliza una guía pancreática como ayuda para canular la vía biliar, parece conveniente insertar de forma temporal una prótesis plástica al finalizar la intervención para impedir que se pueda producir edema en el esfínter pancreático(21). Más aún cuando se lleva a cabo una esfinterotomía pancreática. De hecho, las pancreatitis agudas en nuestra serie se produjeron en aquellos pacientes en los que tras una esfinterotomía pancreática no pudo insertarse una prótesis.

La indometacina en supositorios ha demostrado reducir la incidencia de pancreatitis aguda post-CPRE[22]. La utilización por nuestra parte del diclofenaco intravenoso como prevención es totalmente empírica, al no disponer en nuestro Hospital de indometacina rectal y al resultarnos más sencillo la inyección intravenosa. Precisamente, por la sencillez de administración no se han utilizado otros fármacos que pudieran prevenir la pancreatitis aguda como la nitroglicerina. Evidentemente, se necesitan más estudios para dilucidar si la utilización de guías de 0,025 pulgadas junto con prótesis pancreáticas y antiinflamatorios consiguen una mayor reducción de la pancreatitis post-CPRE que el uso aislado de cada una de estas medidas.

El éxito en la canulación del colédoco utilizando TP puede estar también relacionado con la manipulación de la guía por el propio endoscopista. López y cols.[23] comunicaron una tasa elevada de canulación con esta técnica, ya que, en ocasiones es difícil contar con un ayudante entrenado que pueda manejar la guía de forma adecuada. Hoy en día hay varios sistemas de distintas casas comerciales que permiten que el endoscopista pueda manejar la guía por sí mismo.

Nuestro estudio tiene varias limitaciones, derivados, principalmente, de que no se siguió un protocolo previo, sino que en cada circunstancia se dependía del criterio del endoscopista. En primer lugar, la decisión de cuándo había que utilizar una TP en vez de seguir intentando la canulación biliar directa. Herreros de Tejada y cols.[19] no encontraron más eficaz la técnica de la doble guía comparada con persistir en las técnicas de canulación directa. Además, encontraron más pancreatitis en el grupo de la doble guía. En este estudio se empleó una de 0,035 pulgadas que es ligeramente más rígida que la empleada por nosotros.

En segundo lugar, también el criterio del endoscopista decidió qué TP utilizar. En la gran mayoría de los pacientes con TP se realizó una esfinterotomía pancreática que, al abrir el orificio papilar, facilitó la canulación del colédoco por encima de una guía o de una prótesis.

En conclusión, en este estudio, tras la inserción de una guía de 0,025 pulgadas en el páncreas se obtuvo la canulación del colédoco en la mayoría de las ocasiones por medio de diversas TP. La tasa de éxito ascendió de 58,3% con canulación biliar directa a 93,2%, en gran medida, gracias a las TP. La tasa de pancreatitis no fue elevada, a pesar de la manipulación pancreática, quizás en relación con la inserción de la prótesis y/o la administración de un fármaco antiinflamatorio. Son precisos estudios aleatorizados para comprobar la utilidad real de las TP en endoscopistas con distintos grados de experiencia en CPRE. También comparar las distintas TP entre sí y valorar la utilidad que conlleva la canulación con guías de poca rigidez, las prótesis pancreáticas y la administración de antiinflamatorios con respecto al éxito de la intervención y en la disminución de la tasa de complicaciones.

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Manifestaciones gastrointestinales previas a manifestaciones cutáneas en la Púrpura de Henoch-Schönlein en adultos

Resumen

La Púrpura de Henoch-Schönlein (PHS) se considera una vasculitis sistémica de pequeño vaso que puede afectar al tracto gastrointestinal (GI), piel, articulaciones y riñón. Aunque es más frecuente en niños, también puede aparecer en la edad adulta. La combinación de los síntomas es variada y diferente en cada paciente. El compromiso gastrointestinal puede ocurrir hasta en el 85% de los pacientes pero existen muy pocos casos descritos en la literatura que aporten imágenes endoscópicas de las lesiones. Presentamos el caso de un paciente de 56 años con compromiso gastrointestinal constatado por endoscopia antes de la aparición de las lesiones cutáneas.

Palabras clave: Púrpura Henoch-Schönlein, endoscopia, adulto, daño gastrointestinal.

Abstract

The Henoch-Schönlein Purpura (PHS) is considered a systemic small vessel vasculitis that may affect the gastrointestinal (GI) tract, skin, joints and kidney. Although more common in children, it can also appear in adulthood. The combination of symptoms is varied and different for each patient. Gastrointestinal involvement can occur in up to 85% of patients but there are very few cases reported in the literature to provide endoscopic images of injuries. We present here the case of a 56-year-old male with gastrointestinal involvement endoscopically observed before the onset of skin lesions.

Keywords: Henoch-Schönlein purpura, endoscopy, adult, gastrointestinal involvement.

CORRESPONDENCIA

Héctor Miguel Marcos Prieto

Departamento de Aparato Digestivo

Complejo Asistencial Universitario de Salamanca

Paseo San Vicente 50-180

37007 Salamanca (España)

Tel. +34 923 291 400

Email: h.mp@hotmail.es

Introducción

La púrpura de Henoch-Schönlein (PHS) es una vasculitis mediada por inmunocomplejos que afecta a los vasos de la piel, tracto gastrointestinal (GI), articulaciones y riñones. El 90% de los casos ocurren en el tramo de edad de 3 a 15 años. Es muy poco frecuente en adultos, solo tiene una tasa de incidencia de 0,1 a 1,2 por millón en adultos mayores de 20 años de edad[1]. Las manifestaciones gastrointestinales son comunes ya que ocurren entre el 50% al 85% de los casos y pueden generar complicaciones como invaginaciones intestinales, perforaciones u obstrucciones[2]. No existe un patrón gastrointestinal claramente establecido, lo que suele provocar un retraso en el diagnóstico hasta que aparecen las lesiones cutáneas, sobre todo en los casos en los que las manifestaciones GI preceden al resto del cuadro que son del 14% al 24% del total[3].

Existen pocos casos de PHS descritos en la literatura que aporten imágenes endoscópicas de las lesiones. Se presenta un caso de PHS en un hombre de 56 años cuyas primeras manifestaciones fueron los síntomas gastrointestinales que inicialmente no fueron bien interpretados hasta el inicio de las manifestaciones cutáneas.

Caso clínico

Varón de 56 años sin antecedentes de interés que acude al Servicio de Urgencias por un cuadro de cuatro días de evolución de dolor abdominal difuso tipo cólico, de predominio epigástrico, con náuseas, sin cambios en el hábito intestinal. No presentaba artralgias.

Al ingreso el paciente se encuentra estable desde el punto de vista hemodinámico y afebril. En la exploración física destaca un abdomen distendido y timpanizado, con ruidos hidroaéreos disminuidos, doloroso a la palpación de forma generalizada sin masas ni organomegalias ni signos de irritación peritoneal. No presenta lesiones dérmicas.

En la analítica en sangre destaca: Leucocitos 16300/ μL, neutrófilos 12600/ μL y PCR: 13,11 mg/dl y en orina microalbuminuria y microhematuria.

En la radiografía simple de abdomen se observa dilatación de colon transverso y descendente y en la TAC abdominal se identifican asas de íleon con edema parietal y realce mucoso sugerentes de cambios inflamatorios, con adenopatías de hasta 1,2 cm y discreta dilatación del marco colónico sin evidencia de causa obstructiva.

No se detectan gérmenes patógenos ni parásitos en las heces, y la toxina de Clostridium difficile y los hemocultivos son negativos.

Se realiza una gastroduodenoscopia (Figura 1): Desde antro gástrico y hasta segunda porción duodenal se aprecian lesiones mucosas purpúricas, sufusiones hemorrágicas de aspecto macular con algunas aftas. Histológicamente se describen como intensa inflamación aguda con abundantes neutrófilos y daño de pequeño vaso con extravasación hemática sin apreciarse H.pylori. El cultivo para micobacterias es negativo.

Figura 1

Lesiones mucosas purpúricas y sufusiones hemorrágicas maculares en antro gástrico.

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También se realiza una ileoscopia (Figura 2): En últimos tramos de íleon y válvula ileocecal se observan múltiples lesiones mucosas con punteado petequial, pseudopólipos y algunas úlceras superficiales con edema e hiperemia de la mucosa. Histológicamente compatible con proceso inflamatorio agudo (sin granulomas ni signos de enfermedad inflamatoria intestinal) con hematíes extravasados y úlceras sin signos histológicos específicos. La tinción de auramina y el cultivo de micobacterias son negativos.

Figura 2

Mucosa íleon distal edematosa con lesiones purpúricas, aftas y pseudopólipos.

imagenes/caso1_fig2.jpg

Durante el ingreso, tras la realización de las endoscopias aparecen lesiones purpúricas dérmicas de escasos milímetros que no desaparecen con la vitropresión, distribuidas por extremidades inferiores y superiores, glúteos y tronco, más evidentes en región abdominal ventral. Al biopsiarse (Figura 3) se aprecia piel tapizada con epidermis ortoqueratósica con extravasación hemática; dermatitis perivascular superficial con moderado infiltrado inflamatorio de predominio neutrófilo y leucocitoclastia asociado a daño vascular de pequeño tamaño con necrosis fibrinoide, compatible con vasculitis leucocitoclástica de pequeño calibre.

Figura 3

Biopsias de lesiones cutáneas. Vasculitis leucocitoclástica.

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Con el diagnóstico de PHS se inicia tratamiento con corticoides con clara mejoría y posterior pauta descendente. Desaparecieron las lesiones cutáneas, no ha vuelto a tener dolor abdominal y ha desaparecido la microhematuria y microalbuminuria.

Discusión

Las cuatro manifestaciones clásicas de PHS son la púrpura cutánea, el dolor abdominal, artralgias y daño renal. En adultos las manifestaciones gastrointestinales (GI) son más atípicas, graves y más frecuente el daño renal tardío como en nuestro caso[4].

Los pacientes mayores muestran manifestaciones más graves que los más jóvenes. En los jóvenes las manifestaciones articulares son las más frecuentes. Las manifestaciones GI son menos frecuentes en adultos (50-75%) que en niños[5].

La clínica típica de las manifestaciones GI consiste en dolor abdominal debido al edema, sangrado y extravasación sanguínea. Son frecuentes las náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea o distensión abdominal. Mucho más raras son la colitis pseudomembranosa, las úlceras de esófago, pancreatitis, invaginaciones, perforaciones, vasculitis isquémicas, necrosis masivas intestinales o apendicitis. Las hemorragias masivas con sangrado macroscópico o heces melénicas solo se reportan en el 2% y 30% respectivamente[6].

Las lesiones endoscópicas de la mucosa se pueden desarrollar en cualquier sitio del tubo digestivo y las más frecuentes son enrojecimientos difusos de la mucosa, petequias y erosiones hemorrágicas. El intestino delgado es el lugar más afectado. La segunda porción duodenal suele verse más afectada que el bulbo[7].

El mecanismo del daño intestinal es debido a depósito de inmunocomplejos IgA en la pared de los pequeños vasos, la infiltración por neutrófilos polimorfonucleares (PMN) alrededor de estos pequeños vasos y a la extravasación de hematíes[4].

En un estudio de cohortes de 250 pacientes adultos y niños con PHS, el 48% de los casos tenían manifestaciones GI, 61% artralgias, 96% púrpura necrotizante. El síntoma principal era el dolor cólico abdominal. En el 51% hubo sangrado GI pero solo el 11% fue grave requiriendo transfusión, cirugía o con fallecimiento[8].

En un estudio que incluía 115 adultos con PHS el 78.2% tenían manifestaciones GI[3].

En raras ocasiones las manifestaciones GI son el primer síntoma y nos hacen sospechar PHS como ocurrió en nuestro caso. Las manifestaciones GI fueron la primera manifestación de la PHS en el 8% de la serie de Coppo [8] y el 11% de la serie de Trappani[9]

Conclusión

Las manifestaciones gastrointestinales son habituales en la PHS. En los casos en los que los síntomas gastrointestinales preceden a las otras manifestaciones, sobre todo a las cutáneas, los hallazgos endoscópicos e histológicos son fundamentales para establecer el diagnóstico e iniciar el tratamiento adecuado.

BIBLIOGRAFÍA

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8 

Coppo R, Mazzucco G, Cagnoli L, Lupo An Schena FP: Long term prognosis of Henoch Schonlein nephritis in adult and children. Italian Group of Renal Immunopathology Collaborative Study on Henoch Schonlein purpura. Nephrol Dial Transplant. 1997;12(11):2277-83.

9 

Trapani S, Micheli A, Grisolia F, resti M, Chiappini E, Falcini F, Martino M: Henoch Schonlein Purpura in Childhood: Epidemiological and Clinical Analysis of 150 Cases Over a 5-year Period and Review of Literature. Semin Arthritis Rheumatol. 2005;35(3):143-53.