ACAD

Intususcepción colo-cólica en el adulto. Aportación de dos casos.

Mª Belén Rodríguez Sanz

Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo. Complejo Asistencial de Avila.

Correspondencia:

Paseo de Zorrilla 155, 3ºC

47008 Valladolid

Tel: 646 874 565 • 98 324 37 18

E-mail: brosanz@yahoo.es

RESUMEN

La invaginación intestinal en el adulto es una patología rara, supone el 5% de todas las invaginaciones y el 1% de las causas de obstrucción intestinal. A diferencia de la edad pediátrica, en el 90% de los casos tiene una etiología definida por lesión orgánica del intestino y sólo en el 10% de los casos son idiopáticos.

Presentamos dos casos de invaginación colo-cólica diagnosticados mediante TAC abdominal.

Palabras clave: Invaginación intestinal. Obstrucción intestinal.

INTRODUCCIÓN

La intususcepción se define como la introducción de un segmento del intestino proximal o intususceptum en un segmento distal adyacente del intestino o intususcipiens siguiendo los movimientos peristálticos del intestino (1,2). El mesenterio del intestino proximal también es atraído hacia el intestino distal que ocasiona compresión y obstrucción del drenaje venoso con el consiguiente edema de la pared intestinal.

La intususcepción intestinal en el adulto fue descrita por primera vez por Barbette en 1674 y en 1871 fue llevada a cabo la primera resección quirúrgica con éxito por Hutchinson (3).

La invaginación intestinal tiene una baja incidencia en el adulto, constituye el 5% de todas las intususcepciones incluidas las pediátricas y representa el 1% de las causas de obstrucción intestinal (4). Tiene una etiología demostrable en el 80-90% de los casos, siendo lesiones orgánicas de la pared intestinal las que actúan como cabeza de la invaginación (5).

CASOS CLÍNICOS:

Caso 1

Mujer de 50 años con antecedentes de litiasis renal, histerectomía por miomatosis uterina, ingresa por dolor abdominal y vómitos. Exploración física: dolor a la palpación en vacío derecho y epigastrio sin defensa ni peritonismo, sin masas ni megalias.

Pruebas complementarias: Leucocitosis. Ecografía abdominal: hígado, vía biliar y páncreas normales. Riñones con pequeñas litiasis sin dilatación de la vía excretora. En flanco izquierdo asas de delgado con efecto masa que podría corresponder a invaginación de delgado. TAC abdominal: masa lipoidea de 7 cm de diámetro longitudinal compatible con invaginación intestinal de delgado o colon transverso (Figura 1). Se realiza laparoscopia exploradora programada donde se evidencia obstrucción del colon transverso con masa de gran tamaño. Laparotomía con invaginación colo-cólica de transverso, se efectúa hemicolectomía derecha ampliada a transverso, ileotransversostomía latero-lateral con GIA- 60. Anatomía Patológica: lipoma de 7 cm en colon transverso que ocluye la luz intestinal. La paciente evoluciona favorablemente sin complicaciones.

Figura 1. Caso 1. TC corte longitudinal.

Caso 2

Varón de 79 años de edad con antecedentes de EPOC y enfermedad de Alzheimer. Ingresa por de dolor abdominal de 48 horas de evolución localizado en FII y vacío izquierdos sin nauseas ni vómitos. Ritmo intestinal conservado y rectorragia. Exploración física: Abdomen doloroso a la palpación en FII y vacío izquierdo con defensa abdominal y signos de irritación peritoneal. Pruebas complementarias: anemia crónica. Marcadores tumorales CEA, Ca19.9 y alfafetoproteína normales. Ecografía abdominal: en FII engrosamiento difuso del sigma con estenosis de la luz que podría corresponder a lipomatosis o invaginación. Colonoscopia: a 45 cm del margen anal neoformación con coágulos adheridos infranqueable. TAC abdominal: invaginación del colon descendente en el interior del sigma producido por una tumoración endoluminal irregular con perforación del colon (Figura 2).

Figura 2. Caso 2. TC corte sagital.

Tratamiento quirúrgico urgente mediante laparotomía media. Neumoperitoneo secundario a perforación de sigma por gran tumoración que ocasiona invaginación del colon descendente sobre el sigma. Sección del sigma y anastomosis T-T con CEEA-33. (Figuras 3 y 4). Anatomía Patológica: adenocarcinoma exofítico pediculado de 9×5 moderadamente diferenciado que infiltra toda la pared alcanzando la serosa y metastatiza en 5 de 23 ganglios linfáticos aislados. T4N2MX. Invaginación intestinal.

Figura 3. Caso 2. Laparotomía media.

Figura 4. Caso 2. Pieza quirúrgica.

DISCUSIÓN

La etiología más frecuente en el colon son procesos malignos en el 66% de los casos (7); entre los benignos más habituales destacan los lipomas y los pólipos.

La intususcepción puede ser clasificada por su localización en entéricas, íleo-cólicas o ileocecal y en colo-cólicas. La mayoría involucran al intestino delgado en un 75-80%, las invaginaciones colo-cólicas son muy poco frecuentes (8,9) y éstas de predominio sigmoido-rectal (10).

En nuestros dos casos se halló la causa de forma preoperatorio, la localización fue bien definida en el caso 2, mientras que en el caso 1 la localización fue determinada en la laparoscopia exploradora.

La presentación clínica es inespecífica, con más frecuencia es de carácter crónico con dolor abdominal cólico acompañado de nauseas y vómitos, a veces melenas semejando cuadro de obstrucción intestinal. Puede ir acompañada de diarrea sanguinolenta aunque en un número limitado de pacientes. Los signos más llamativos son la distensión abdominal y la palpación de una tumoración alargada, móvil y dolorosa en el 25-40% de los casos (11). Nuestros pacientes debutaron con cuadro clínico subagudo y agudo respectivamente.

El diagnóstico se debe realizar por imagen, entre los métodos más empleados están la ecografía y la TAC que tiene más sensibilidad y especificidad (1,12). La radiología simple de abdomen valora la gravedad y el nivel de la obstrucción intestinal. El enema de bario muestra la invaginación como un defecto de repleción en forma de copa a menudo acompañado por otro defecto de repleción que representa al tumor (7). La ecografía es la técnica de mayor rendimiento con un 100% de sensibilidad y un 80-93% de especificidad (8). En el corte sagital presenta una imagen en “pseudoriñón o sandwich” y en el corte axial una imagen en “diana, ojo de buey o donnuts” (13). La capa interna es hiperecoica (asa invaginada rodeada de mesenterio) y la capa externa hipoecoica (asa donde se ha producido la invaginación), también puede aparecer múltiples capas de ecogenicidad alternante (14). La TAC abdominal actualmente es la técnica de elección (15) ya que aporta la ventaja de identificar la causa de la intususcepción y valora la existencia de metástasis en otros órganos y la presencia de adenopatías. Hay tres patrones patognomónicos de invaginación intestinal visibles según el ángulo de corte:

  • Patrón en diana: aparece en la fase más precoz e indica obstrucción incompleta. Se presenta en el corte transversal con densidad grasa periférica debido al mesenterio invaginado.
  • Patrón en salchicha en el corte longitudinal.
  • Patrón en pseudoriñón o masa bilobulada en la fase más severa debido al edema y compromiso vascular, tiene atenuación periférica alta debido a la pared intestinal adelgazada y áreas alternantes de baja y alta atenuación debido a la pared intestinal (16, 17,18).

La colonoscopia y la sigmoidoscopia son de ayuda. Los hallazgos son de una imagen “en rollito de primavera” (7).

El tratamiento recomendado y de elección es el quirúrgico y no el de reducción por la posibilidad de diseminación tumoral (19,20). Se debe realizar mediante abordaje laparoscópico aunque en los casos de obstrucción intestinal completa, la distensión de las asas y la fragilidad de la pared hacen que ésta técnica sea más difícil (11).

CONCLUSIONES

La invaginación intestinal colo-cólica es una patología muy rara en el adulto, siendo en el 66% de los casos de etiología maligna. El diagnóstico se debe efectuar mediante TAC abdominal y el tratamiento quirúrgico de elección debe ser siempre quirúrgico.

BIBLIOGRAFÍA

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Nuevas expectativas terapéuticas en el cáncer gástrico avanzado.

NEW OPTIONS OF TREATMENT IN ADVANCED GASTRIC CANCER

Ovejero Gómez VJ *, Alija López V **, Bermúdez García MV *, Pérez Martín A ***, Ingelmo Setien A*

* Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo. ** Servicio de Oncología Médica. *** Centro de Salud “Los Valles”. Hospital Sierrallana de Torrelavega. Cantabria.

Correspondencia:

Dr. Víctor J. Ovejero Gómez

Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo

Hospital Sierrallana de Torrelavega

Barrio de Ganzo, s/n (39300) Torrelavega. Cantabria

E-mail: vovejerohcas@msn.com

RESUMEN

El cáncer gástrico sigue suponiendo un problema social de primer orden por frecuencia y mortalidad asociada, a pesar de haber presentado modificaciones de influjo cultural en cuanto a su localización y presentación en las últimas décadas.

En la actualidad no disponemos de marcadores específicos ni tratamientos estandarizados que mejoren su pronóstico a largo plazo.

Desconocemos los factores que determinan una evolución imprevisible de la enfermedad pero creemos que la interrelación cáncer/huésped podría jugar un papel importante.

Esbozamos las líneas de investigación en inmunoterapia oncológica y ofrecemos nuestro punto de vista en el manejo de una recidiva localizada tardía por este cáncer de acuerdo con nuestra experiencia particular.

El desarrollo de este tipo de terapias podría mejorar el pronóstico de esta neoproliferación y reducir la toxicidad secundaria a los esquemas de tratamiento tradicional.

Palabras clave: Cáncer gástrico avanzado. Tratamiento. Inmunoterapia.

Key words: Advanced gastric cancer. Treatment. Immunotherapy

Sr. Director:

El cáncer gástrico representa la cuarta neoplasia mundial más frecuente. Su presentación en las últimas décadas ha denotado modificaciones con influencia cultural sobre los factores de riesgo, con un incremento de las tasas a nivel proximal condicionadas por el reflujo gastroesofágico. No obstante, se mantiene la asociación de factores como el Helicobacter pylori, la gastritis atrófica o la metaplasia intestinal con respecto al adenocarcinoma distal.

No existen marcadores específicos de la enfermedad y su manejo exige una gastrectomía subtotal/total con linfadenectomía y un tratamiento adyuvante o neoadyuvante sin ninguna línea estandarizada de quimioterapia (1). Un porcentaje elevado de pacientes desarrollará recurrencia y la supervivencia global no supera el 25% a los cinco años (2).

La identificación de marcadores de interrelación tumor/huésped podría predecir su pronóstico y facilitar el desarrollo de nuevas líneas terapéuticas más efectivas.

Presentamos a una paciente tratada de cáncer gástrico localmente avanzado que recidivó de forma tardía. Sugerimos algunos factores implicados en esta evolución y la posibilidad de nuevas modalidades terapéuticas.

CASO CLÍNICO

Mujer de 70 años sometida gastrectomía subtotal en otro centro hospitalario hacía catorce años por adenocarcinoma de células en anillo de sello tipo linitis plástica y permeación vascular (G3pT4pN1M0 – estadio IIIB), que consultó por alteración del ritmo intestinal de dos meses de evolución. Estudiada mediante enema opaco se objetivó un defecto de replección en colon transverso que motivó una colonoscopia, visualizando una mucosa de aspecto normal en el lugar de la estenosis con biopsia negativa para malignidad. El diagnóstico se completó mediante T.A.C. abdominal sin aportar más información.

Se practicó una hemicolectomía derecha ampliada con reconstrucción ileocólica al encontrar una lesión nodular única en mesocolon transverso que comprometía la pared colónica. El diagnóstico definitivo fue metástasis por adenocarcinoma gástrico pobremente diferenciado con infiltración hasta la submucosa. Su estudio inmunohistoquímico demostró un patrón focal e incompleto de membrana para HER2 (+).

No se indicó ningún tratamiento complementario permaneciendo sin recurrencia a los 48 meses de la intervención.

DISCUSIÓN

Este caso resulta llamativo por presentar una recurrencia tardía y limitada a pesar de existir diversos factores de mal pronóstico (3) como son la linitis plástica, existencia de células en anillo de sello, infiltración serosa, escasa diferenciación celular, afectación ganglionar y permeación vascular; que hubieran hecho prever un pronóstico infausto más precoz.

Se desconoce qué factores inducen dicha recidiva o activan una población tumoral silente. Su identificación podría facilitar la selección de pacientes de riesgo y un tratamiento de rescate.

La diseminación neoplásica suele convivir con algún grado de inmunodepresión observándose una mayor incidencia de cáncer en pacientes inmunosuprimidos (4). La infiltración tumoral por células inmunitarias ha sido propuesta como barrera inmune ante la progresión neoplásica sugiriendo una relación entre la población linfocitaria peritumoral y la respuesta inmunológica del huésped al cáncer; aunque no siempre efectiva si existe un déficit en su activación (5).

Una inmunosupresión podría ser causa de recurrencia tardía por activación de células malignas que han permanecido silentes a pesar del efecto sistémico de un tratamiento citostático.

Se han desarrollado diversas líneas de investigación prometedoras basadas en la inmunología del cáncer (6,7). La terapia monoclonal enfocada al reconocimiento de antígenos específicos del tumor que evitaría la citotoxicidad de la quimioterapia convencional, la vacunación con péptidos asociados al tumor para su exposición por células presentadoras de antígenos que estimularían la proliferación de células linfocitarias específicas e inducirían la memoria inmunológica y la inmunoterapia estimulante de poblaciones de linfocitos citotóxicos (8) mediada por factores de crecimiento.

Varios ensayos en fase III ya avalan la superioridad del bevacizumab (9) en porcentaje de respuesta objetiva y supervivencia libre de enfermedad, y del trastuzumab (10) en supervivencia global cuando el cáncer sobreexpresa HER2-neu, con respecto a los esquemas citostáticos tradicionales. No obstante, este beneficio se encuentra muy limitado al no superar su sobreexpresión el 20% de la población estudiada.

La actuación del HER2-neu como oncogen codificador de receptores de membrana celular capaz de generar señales de proliferación, invasividad, angiogénesis y metástasis explicaría su mayor positividad en estadios avanzados y su correlación con la supervivencia tumoral.

Un comportamiento silente y escasamente agresivo en el tiempo junto con la negatividad de este marcador a pesar de sus condiciones oncológicas desfavorables descartó la indicación de una terapia complementaria en nuestra paciente.

Consideramos que el tratamiento de una recurrencia tardía localizada exige su resección quirúrgica completa pero no parece justificado siempre un tratamiento adyuvante complementario ya que podría facilitar una inmunosupresión traducible en una recidiva más precoz y agresiva que la previa. Parecería más razonable el desarrollo de terapias que potencien una inmunidad específica o modifiquen el genotipo tumoral para frenar su progresión.

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Perforación colónica con la toma de biopsias en la colitis ulcerosa de larga evolución.

COLONIC PERFORATION AFTER ENDOSCOPIC BIOPSY IN LONG TERM ULCERATIVE COLITIS

G González Redondo, L Fernández-Salazar, J Ortiz de Solórzano (*), E García Lagarto (&), B Velayos Jiménez

Servicios de Aparato Digestivo. Cirugía General y de Aparato Digestivo (*) y Anatomía Patológica (&). Hospital Clínico Universitario de Valladolid

Correspondencia:

luisfernsal@gmail.com

Luis I. Fernández Salazar

C/ Gamazo, 4-3ºB

47004 Valladolid

KEY WORDS

Colon, perforation, endoscopy, biopsy, ulcerative colitis

Sr director:

El caso trata de un varón de 48 años con colitis ulcerosa de 30 años de evolución, al que en los últimos 15 años se le ha explorado con 5 colonoscopias o rectoscopias con toma de biopsia sin complicación alguna. En el último año y medio se ha comportado como corticodependiente y la azatioprina durante 6 meses no evitó el uso de corticoides. Se indicó metotrexate subcutáneo a dosis inicial de 25 mg que hubo que reducir a 15 mg por mala tolerancia. Además recibía mesalazina oral y tópica. Para valorar la respuesta se hizo una colonoscopia. Se premedicó al paciente con midazolam 4 mg y petidina 30 mg. La exploración duró 17 minutos, fue realizada por un gastroenterólogo con más de 10 años de ejercicio; fue bien tolerada, no se consideró difícil y transcurrió sin complicaciones. Se alcanzó el ciego, se identificaron pseudopólipos sin actividad inflamatoria en colon ascendente, transverso y colon izquierdo hasta los 20 cm de ano. Desde ahí sí había pérdida del patrón vascular, eritema, friabilidad y úlceras. Se tomaron biopsias de forma escalonada de mucosa sin inflamación y del tramo con actividad. Al finalizar el paciente presentaba dolor, distensión y timpanismo abdominal. Con radiología simple se confirmó un gran neumoperitoneo y con una laparotomía se identificó una perforación puntiforme en cara anterior de sigma sin exudado o contaminación peritoneal (Figura 1). Se hizo sutura y epiploplastia, lavados de peritoneo y cierre por planos. La evolución posterior fue buena.

Figura 1. Se identifica en el trascurso de la laparotomía una perforación puntiforme limpia en la pared anterior del colon sigmoide.

La perforación de colon en el transcurso de una colonoscopia ocurre en 6-9 de 10000 exploraciones y es aún menos frecuente con la colonoscopia diagnóstica (1-3). Aunque en un trabajo retrospectivo reciente, la enfermedad de Crohn sí es un factor de riesgo para esta complicación (1); la enfermedad inflamatoria intestinal no lo es según otro estudio francés (4). El metotrexate tampoco se ha relacionado con mayor riesgo de perforación gastrointestional espontánea en pacientes con artritis reumatoide (5). El tamaño de la perforación nos hizo pensar que ésta se produjo con la toma de una biopsia. La pinza que utilizamos es Captura serrated large forceps de Cook de 2,4 mm. Ninguna de las 15 perforaciones que recoge el trabajo de García Martínez et al fue secundaria a las biopsias (3). En 1997 se publicó un caso muy parecido y los autores comprobaron que en una de las biopsias tomadas era evidente la atrofia de la mucosa y casi desaparición de la submucosa e incluía las dos capas musculares (6). Por esto solicitamos al servicio de Anatomía Patológica de nuestro hospital que revisase las biopsias. Se confirmó que uno de los fragmentos presentaba estos hallazgos (Figura 2). En cualquier caso no hay evidencia de que los pacientes con colitis ulcerosa de larga evolución sean un grupo de riesgo para la perforación con la toma de biopsias, y creemos que no hay otra recomendación que la de ser cuidadoso, y tener control visual de la pinza en todo momento desde que sale por el extremo distal del endoscopio (7-8).

Figura 2. HEx25: En una de las biopsias tomadas es evidente pese a su fragmentación una atrofia marcada de mucosa y submucosa y la muscular propia con ambas capas musculares.

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Melanoma en raíz de mesenterio

Melanoma mesenteric root

Aroa Abascal Amo, Martín-Pérez E, García Sanz I, Largo Flores P

Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo. Hospital Universitario de La Princesa, Madrid

Correspondencia:

Aroa Abascal Amo

C/ Cartagena 34, 1H

28028 Madrid (España)

Correo electrónico: aroabas@gmail.com

Teléfono: 662475289

Fax 915202629

Paciente de 58 años intervenido en 2010 de melanoma en región posterior inferior del cuello nivel IV de Clark, de 1,20 mm de espesor (índice de Breslow). En TC abdominal de abril de 2014 se vio una lesión de 3×3 cm en raíz del mesenterio compatible con adenopatía metastásica y engrosamiento mural de asas de yeyuno vecinas. En la PET-TC la lesión mesentérica y los engrosamientos murales captaban intensamente. Se realizó la resección de varias masas intraluminales en intestino delgado a nivel de yeyuno proximal, asociadas a gran masa adenopática en la raíz del mesenterio AP: metástasis de melanoma.

Invaginación intestinal en el adulto: una causa poco frecuente de obstrucción intestinal

Marcello Di Martino, Marín Campos C, Rodríguez Sánchez A, García Sanz I, Martín Pérez E

Hospital Universitario de la Princesa, Madrid

Correspondencia:

Marcello Di Martino
c/Duque de Sesto 10, 3º2
28009 Madrid
Email: marcellodima@gmail.com
Teléfono: +34 654 583 554

Caso clínico:

Presentamos el caso de una mujer 54 años que acude a Urgencias por un cuadro de obstrucción intestinal. Presentaba un déficit de hierro de 3 años de evolución, no había sido sometido a cirugía abdominal previa, no presentaba hernia complicadas. Se solicitó una TC abdominal donde se visualizaba una gran invaginación colo-cólica que afecta prácticamente todo el colon transverso objetivándose como cabeza de invaginación una lesión endoluminal compatible de proceso neoplásico (Fig. 1). Se interviene la paciente de forma urgente identificando una gran invaginación colo-cólica de casi todo el colon transveso sin identificar metástasis hepáticas ni carcinomatosis peritoneal (Fig 2). Se realiza hemicolectomía derecha ampliada con márgenes oncológicos. Anatomía patológica: Adenocarcinoma mucinoso (12,5 cm) sobre pólipo adenomatoso con infiltración de la muscular propia y de la subserosa. Metástasis en 1 de 46 ganglios. Resección R0. Estadio TNM pT3 N1a Mx , estadio IIIb.

Figura 1. TC abdominal: invaginación colo-cólica del colon transverso.

Figura 2. Cirugía: invaginación colo-cólica del colon transveso.

La invaginación intestinal es una causa poco frecuente de obstrucción intestinal en adultos. A diferencia de la infancia, suele deberse a lesiones orgánicas o iatrogénicas, como tumores o suturas intestinales. La TC es el método de diagnóstico más adecuado y que permite en ocasiones identificar la causa de la invaginación. Dado que en adultos la mayor parte son secundarias a causa orgánica, no se recomienda la reducción mediante endoscopia, sino que se debe intervenir para la revisión de la etiología. Los pacientes con poliposis, y episodios de repetición, pueden ser candidatos a polipectomía endoscópica para una prevención de estos cuadros.